Él

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No llego y no sabía que pensar, me imaginaba lo peor. "Tal vez se enojó conmigo por mi brusquedad, tal vez le paso algo en el camino, ¡tal vez sabe lo que le voy a decir y no quiere!"
Pensaba todo esto mientras el loquito me trataba de vender rosas.
No le hable por celular, no quería presionarla y pensé que sería mejor esperarla, estaba casi seguro de que sabía de lo que se trataba y me imaginaba mil y un excusas que ella podía inventar para arrojarme negativas. Volví al día siguiente y al siguiente de ese, ahí estaba, sola, se meneaba en el columpio de espaldas a mí (el loquito afortunadamente estaba probablemente reclutando nuevos miembros para su partido imaginario) y me acerque sigilosamente, comencé a mecerla, ella se sobresaltó y por poco se cae del columpio pero al notar que era yo no dijo nada y se dejó hacer.
"¿De que querías hablar?" me pregunto cuando bajo del juego que aún se balanceaba solo.
Sentí que el aire me faltaba, que la cara me ardía por la pena y que miles de cosas pasaban por mi estómago, quería reclamarle primero del porqué de su ausencia el día anterior, respiré hondo y solo salió de mi boca "¿Quieres ser mi novia?"

Golden SlumbersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora