Ella

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Llegué a donde siempre, un punto intermedio de nuestras casas, las cuales no estaban muy lejos.
Se trataba de un parquecito siempre verde, donde extrañamente los únicos testigos de nuestras conversaciones eran un columpio y un loquito, que de cuando en cuando nos soltaba madres. Ese día, por suerte, sólo estaba nuestro compañero silencioso, así que Fernando me pudo decir con toda calma, saboreando cada palabra, la frase que desde hacía tiempo deseaba escuchar de él: "¿Quieres ser mi novia?"

Golden SlumbersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora