Ella

4 6 0
                                    

Llamé un taxi; una llovizna discreta era lo único que quedaba de toda esa oportuna tormenta. Nos besamos y le hice la seña de que me llamara cuando llegase. No marco.
Le llame pero hablamos poco tiempo porque lo estaban regañando. Colgué con la sensación de que al otro día seríamos igual de felices, y al siguiente también. Que mi vida transcurriría rápido, y que al verme anciana sentiría que hubiera pasado un chasquido.

Golden SlumbersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora