Capítulo XII

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Lo único positivo que veo de toda la ola de emociones que estoy pasando, es que la relación que tengo con mi hermana y mi madre se ha intensificado. Ellas están tan pendientes de que este bien y segura. A veces me llegan a abrumar pero entiendo y acepto que se preocupen por mi. Es un día soleado en Los Ángeles y me encuentro desayunando en la terraza que esta junto a la piscina de la casa de mi madre.

–¿Has hablado con el florista? –Mi madre dice checando algunos catálogos de decoración de eventos. Layla asiente.

–Van a ser rosas blancas... ¡Muchas! –Responde con emoción.

Me llevo un pedazo de sandia a la boca y leo los últimos balances que ha dejado Farmer's, por el cariño que le tengo, trato de estar pendiente de ese negocio y Teresa ha hecho un magnifico trabajo. Sin mucho cuidado me llevo otro pedazo fruta que hace que me cueste trabajo masticar.

–¡Leah! Tu y esa fea costumbre de no dar bocados pequeños –Me reprime mi madre.

–Lo siento –Digo con la boca llena. Me paso la servilleta de tela sobre mis labios–. El desayuno siempre hace que me convierta en un pequeño dinosaurio.

Me llevo otro bocado sin importarme la mirada severa de mi madre. Ella niega con rendición.

–La chica de relaciones publicas me mandó fotos del evento –La mirada rígida ante mi manera de comer se esfuma y aparece una sonrisa en sus labios–. ¡Te veías espectacular!

–El vestido era lindo –Digo sin darle mucha importancia a su cumplido y me enfoco solamente al plato de fruta que tengo enfrente.

–Al parecer fue todo un éxito, lo único malo es que dijeron que te desapareciste sin ni siquiera despedirte –Mi hermana y yo nos dedicamos una mirada rápida y ella se gira hacia mi madre.

–Es su primer evento mamá, no tenemos que apresurarla. Apenas está comenzando. –Sin que mi madre lo note le lanzo un "gracias" inaudible a mi hermana.

–Lo entiendo –Se queda callada unos segundos–. ¿Alguna sugerencia que quieras agregar para la decoración? Tienes que ser mas participativa –Me pregunta mi madre y yo niego.

–No tengo la mas mínima idea mamá, nunca me he casado –Mi mama rueda los ojos fastidiada ante mi escusa tonta.

–Mamá tiene razón, Leah. Tienes que ser mas participativa –Responde con una sonrisa llena de malicia.

–Pueden ponerme a tirar pétalos antes de que entre la novia –sonrío con sarcasmo.

–No sería mala idea –Layla me responde con falsa emoción–. Pero tengo una mejor. Eres mi dama de honor y como se que trabajas mucho, no te lo complicaré. Tu te harás cargo de mi despedida de soltera.

–Entonces ten por seguro que será una fiesta con té y galletas –Digo sin mucho ánimos.

–Leah... –mi madre me reprende nuevamente y yo ruedo los ojos.

–¿Prefieres algo mas salvaje? Podemos optar por cerveza y papas fritas –Sonrió ante lo divertido de mi propuesta.

–Mamá ¿Estas segura de que no encontraste a Leah en un basurero cuando era bebé? –Me giro para darle una falsa sonrisa y sacarle de inmediato el dedo corazón.

–No lo creo –Responde mi madre con seriedad–. Fueron casi veinticuatro horas de labor de parto.

–¿Cómo que tienes en mente? –Pregunto para darme una idea de lo que quiere y evitar de que me madre siga con la historia de cómo llegué al mundo.

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