Capítulo XV

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Después de dos intentos una Michelle adormilada atiende la llamada.

–¿Mamá? –Su voz suena pastosa, inmediatamente siento vergüenza ya que no se a quien requerir.

–Soy Leah –Contesto con pena por la diferencia de horarios.

–Demonios, Leah. Son las tres de la mañana –Me llevo una de las uñas a los dientes en señal de  nerviosismo.

–Perdón, pero no sabia a quien recurrir –Se queda callada unos segundos.

–¿Dónde estás? ¿Estás bien? –Pregunta preocupada.

–Si, si, si. –Repito para darle un poco de tranquilidad–. Estoy bien, nada mas que...

–Carajo, Leah. Dime que sucede –Pregunta con urgencia.

–Estoy en Berlín, mi asistente preguntó si quería asistir a un evento de año nuevo, por no quedar mal con nadie dije que si. En realidad no sabía de que se trataba y... –Michelle me interrumpe por la rapidez de mis palabras.

–¡Detente! ¿Puedes hablar mas despacio? No te entiendo nada, estoy intentando despertar –Dice algo impaciente.

–Lo lamento –Estoy moviendo mis piernas con nerviosismo y camino de un lado al otro por la habitación del hotel.

–Al punto, ¿Qué pasa? –Pregunta mas tranquila.

–Hay un noventa y nueve por ciento de probabilidades de que me encuentre con Bill en unas horas –Michelle se queda callada.

–Eso si no me lo esperaba –dice después de un momento.

–¡Ni yo! –Replico desesperada–. Acepté por tonta, no quería que ni mi asistente ni mi estilista pasaran la celebración encerrados en su cuarto de hotel.

–Bueno, dices que hay un noventa y nueve por ciento de probabilidad de que eso suceda... ¿Y el otro uno por ciento? –Pregunta seria.

–Que caiga un meteorito y que se la tierra se haga polvo –Respondo con urgencia. Michelle ríe–. ¿Qué es lo que te causa tanta gracia? –Pregunto enojada.

–Nada... –Se que sigue burlándose de mi, pero la ignoro–. ¿No puedes cancelarlo? –Me cuestiona directamente.

–El representante de la firma en Alemania ya esta enterado, aparte tengo dos días de descanso en mi agenda después del evento. ¿Cómo justificaré mi ausencia? –pregunto apurada.

–Di que tienes gripe, manda a los otros dos que se diviertan y asunto arreglado –Me quedo callada unos segundos.

–No lo sé... –Digo pensativa.

–¿Quieres verlo verdad? –Pregunta curiosa.

–Estábamos consientes de podríamos vernos en algún momento dado. Pero ni ha pasado un mes desde la boda de Layla. –Michelle saca un sonido de afirmación.

–Entonces no pasa nada, vas de trabajo –Cierro los ojos cuando noto que su comentario me tranquiliza.

–Pues en eso tienes razón –Digo en un susurro.

–¡Vaya! Después de mucho tiempo me das la razón. Sabía que cerraría el año con algo bueno –Dice reprimiendo una sonrisa.

–Ya, como sea. Te dejo porque si no, Paul comenzará a estresarse si no estoy lista a tiempo.

–No se te olvide llamarme para darme detalles ¿Estamos? –Me sentencia.

–Lo prometo –Digo rápidamente–. Lamento haberte despertado –Me disculpo de nuevo.

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