Capítulo XXIII

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Al parecer la racha de rupturas no deja al medio artístico. Esta vez se ha arrastrado a Leah LeBrun y Bill Kaulitz. La información oficial llegó por un comunicado oficial de la presidenta de HeartLeBrun Records. En donde pedía un poco de privacidad en torno a su ruptura y que la decisión fue mutua. A principios de año comenzaron una relación donde se dejaban mostrar sin miedos. Al parecer la carga excesiva de trabajo de ambos fue lo que les llevó a tomar la medida prudente. Bill Kaulitz se encuentra en Rusia de gira con su grupo y se ha mostrado tranquilo con sus fans.

Sin embargo, el líder de la banda alemana declaró que está emocionado por sus proyectos a futuro. Recientemente acaba de grabar un video que lo impulsará como cantante solitario. Apuntó que la relación con la disquera será la misma a pesar de que su ex pareja es la que lleva el mando.

...

–¿Cómo la llevas? –Michelle da un trago largo a su café mientras yo me encojo en hombros.

–Estoy tranquila, era lo mejor para ambos. El fue bastante claro conmigo, a lo mejor no era nuestro momento y nos estábamos aferrando a algo que no tenia ni pies ni cabeza. Pero quien sabe. –Me enfoco en mi bebida para darle un sorbo.

–¿No han hablado desde entonces?

–No –Era la verdad, pero arraigo en secreto el decreto que solo nos correspondía a ambos cumplir.

Michelle suspira y me mira.

–Será demasiado raro no verlos juntos, la pasaban muy bien –Rió.

–Lo sé, pero se iba a tornar difícil si continuábamos. –Ella rueda los ojos.

–¿Le echaste la culpa por lo que te sucedió? –Abro los ojos sorprendida y niego.

–¡Claro que no! Nunca pasó por mi cabeza que el fuera el culpable –Me exalto.

–¿Hablaste con tu psicólogo al respecto? –hago una mueca de fastidio.

–No, fue de común acuerdo. El y yo estamos bien así.

–A lo mejor no le diste alternativa y por eso cedió –Me llevo las manos a la frente exasperada.

–Michelle, detente y deja de hacerme ver como la mala de cuento siempre. No sabes ni un carajo –Replico enojada.

–Yo... ¡Mierda! Discúlpame, Leah. De verdad –Ella abre los ojos impresionada y sus palabras están llenas de honestidad.

–Sé que quieres hacerme entrar en razón –Digo un poco mas tranquila–. Pero tomamos la decisión correcta.

...

Me siento en el cómodo y lindo sofá de mi madre con decoraciones navideñas. Le había regalado a mi madre unos hermosos aretes de diamantes y ella me había dado una hermosa pulsera Cartier dorada. Fingí emoción porque no era mi estilo. Robbie paseaba por toda la casa en su patineta nueva que me había empeñado a comprarle días atrás. Mientras su regalo me había sorprendido, era una caja para reproducir discos de Vinil con mis iniciales, junto con la discografía entera de Queen. Le di las gracias como una niña pequeña. Entre mi madre y yo le habíamos regalado a Layla una bolsa única en su tipo con un diseño exclusivo.

Layla toma una pequeña caja algo nerviosa. Le pide a Robbie que se siente y el la mira con confusión.

–Este es un regalo para los tres –Enfoca la mirada en la pequeña caja–. Me ha costado mucho conseguirlo y Robbie también me ayudó así que es a nombre de ambos.

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