This Broken Sound p.h, c.l

Is there somebody who can watch you?

Paige se encontraba en su habitación en ese momento, llevaba una camisa a cuadros negros y grises. Sus manos estaban entrelazadas sentada al borde. Lucía tan triste, este día siempre era así. Y Lauren quién la veía desde la puerta de su habitación lo sabía. Hoy era otro año más desde la muerte de su madre y Paiga siempre actuaba de la misma manera ese día. Se ponía la misma camisa, el mismo perfume, la misma cadena de oro... Porque cada uno de aquéllos objetos fueron regalos de ella, de su madre.
Jess también se lo esperaba.

Paige siempre era una chica qué deslumbraba dónde pisaba, tan feliz y firme, divertida, independiente y decida. Era una gran chica. Por eso cuándo ella estaba triste todos lo estaban.

—Pay...—Lauren llamó con voz suave.  Paige levantó la mirada poco a poco.

—Hey—contestó con voz ronca. Lauren se acercó a ella, se arrodilló a su lado y tomó sus dos manos besándolas.

—Estás guapa—Lauren le alagó mientras subía sus manos acomodando un mechón de su cabello. Paige sonrió.

—Gracias—Ella contestó—Te amo, Lauren. No sabría cómo haber llegado aquí sin ti... Sin Jess, sólo te amo, hermana—Ella dijo mientras miraba al suelo. Lauren sintió sus lágrimas picar en sus ojos.

—También te amo, Paige. Lo estás haciendo muy bien, ¿Sabes?—Lauren respiró profundo—Sé cuánto la necesitas—Dijo refiriéndose a su madre. Paige sintió sus ojos cristalinos—Pero vamos a estar bien, ¿Entiendes?—Paige asintió. Lauren besó su mejilla—Ve a desayunar, por favor—Le dijo sonriente está vez dando un beso en sus cabellos.

Lauren dejó la habitación y Paige antes de bajar a desayunar se asomó a la ventana. Sonrió cuándo vio a su niña jugando con Rafael sentada en su cama. Chloe sintió su mirada y volteó tirándole un beso a la mayor. Paige le sonrió levemente y alzó su mano haciendo como si atrapada beso, cerró su puño y besó su mano. Chloe sonrió con ternura. El gato trepó hasta su hombro y Paige rió suavemente. Se quedó mirando fijamente a Chlo. Ella de verdad se sentía triste, ella no quería que Chloe perdiera a su madre y pasara por el dolor qué ella sintió. No lo quería.

Ella bajó a desayunar junto a Laur y Jess. Cómo las chicas se lo esperaban, Paige no dijo nada en el desayuno. Las dos amigas compartieron miradas llenas de preocupación.

—Paige no te gustaria...—Lauren estaba a punto de proponer, pero Paige se paró de repente interumpiendola. Dejo su plato en el lavado y le dio un beso en la mejilla.

—Voy a estar en casa de Chloe—Dijo antes de salir por la puerta.

—Ella va a necesitar estar sola más tarde. Démosle su espacio cuándo lo necesite—Jess dijo sosteniendo la mano de Lauren por encima de la mesa—Sé qué te preocupas demasiado por ella. Yo también lo hago. Pero sabes como son estos días para ella, ve con Nicole y relájate un poco, todo estará bien—Dijo guiñándole un ojo.

Mientras tanto Paige y Chloe compartían pequeños besos en la habitación de Chloe. La pequeña podía notar qué Paige no se encontraba bien, y trataba de hacerla sentir bien sin preguntarle nada. Pero tuvo qué hacerlo cuándo vio cómo los ojos de su chica mayor se cristalizaban. Paige había estado soportando las ganas de llorar durante mucho tiempo. Y lo seguía haciendo. No quería qué sus lágrimas salieran. No lo quería.

—Mi amor, ¿Qué es lo malo?—Chloe le preguntó con dulzura mientras sostenía sus dos mejillas. Paige rió un poco.

—Nada, hermosa—Chloe frunció el ceño.

—No digas eso. Pasa algo—dijo negando.

—E-es qué, hoy se hace otro año más desde... Desde qué mi madre murió—Paige confesó mirando hacia arriba para tratar de eliminar sus lágrimas. Chloe soltó un jadeo de sorpresa y se quedó un segundo en silencio mirando a la nada tratando de imaginarse la situación de su ojiazul. Luego reaccionó rápidamente subiendo a su regazo y abrazándola con fuerzas y dejando besos por todo tu rostro.