Heaven Forbid

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Paige se encontraba despierta, eran las 3 am, pero de verdad no podía dormir, unos sonidos extraños le habían despertado y ella ya estaba cagada, ella sabía que era el, el tipo. Ella se había sentado en el balcón esperando verlo por alguna parte. Paige se sentía frustrada, ella no quería esto, no quería que su familia estuviera en problemas. Abrió sus ojos como platos cuándo vio la luz encenderse en la habitación del antiguo cuarto de Chloe en la casa de al lado. Sus manos empezaron a sudar, en esa casa se supone que no había absolutamente nadie. Paige prácticamente saltó dentro de su habitación y cerró la ventana se agachó tratando de no hacer ruido. Subió un poco su cabeza y se asomó observando hacia la casa vecina.
Su corazón latió cob fuerzas cuándo observó flashes de cámara por toda la habitación de Chloe, fotografiaba cada pequeño espacio.

Número uno: ¿Cómo entró a la maldita casa?
Número dos: ¿Por qué demonios fotografía la maldita habitación?
Número tres: ¿¡Cómo entró a la maldita casa!?

Paige no podía ver al tipo, estaba vestido totalmente cómo un ladrón, todo de negro y pasamontañas también negro. Paige estaba a punto de llamar al detective cuándo observó al tipo huir tranquilamente.

El no tomó nada.
El sólo fotografió y se fue.

Paige respiró profundo, pero sintió tremenda furia cuándo se cayó en cuenta de que el tipo también estaba involucrando a su Chloe. Rápidamente volvió a su lugar en la cama y abrazó fuerte a la niña con miedo de que perderla alguna vez.

—Mientras tú estés en mis brazos, me olvidaré del mundo—Paige susurró a la niña dormida y dejó un beso en sus labios.

La mañana siguiente todo seguía oscuro, pues, Paige no se había molestado en despertarse y Chloe menos. Pero la pequeña comenzó a removerse en la cama intentando despertar. Abrió lentamente los ojos y sonrió ampliamente y no pudo evitar pegar brinquitos de emoción en la cama. Paige no había asistido a la universidad, se había quedado con ella. La pequeña se montó encima de la mayor y besó sus mejillas haciendo un camino hasta su cuello, lo que le provocó cosquillas a Paige quién terminó despertando y miró a su novia con una sonrisa divertida.

—¿De buen humor?—Paige preguntó con un toque chistoso debido a que las veces que la niña despertaba lo hacía con un humor de perros y se quejaba de todo. Chloe rió.

—Esta vez sí, porque adivina que—La pequeña dijo.

—¿Qué cosa?—Preguntó la mayor sonriente.

—Paige se quedó conmigo en casa—Chloe contestó provocando que Paige ampliara su sonrisa.

—¡Vaya, eso es genial! Pero te tengo una buena notícia—Paige le dijo acariciando su mejilla.

—¿Cuál es?—la menor preguntó entusiasmada.

—Ya he comenzado las vacaciones—Dijo. Chloe abrió sus ojos grandes y prácticamente voló encima de Paige abrazándola con fuerzas.

—¡Ahora serás sólo mía!—Ella exclamó y Paige rió. Eso era muy cierto.

—¿Qué te hace pensar que seré sólo tuya?—Paige suizo bromear levantando una ceja.

—Es porque me amas y vas a estar siempre conmigo—La menor respondió y Paige rió y la abrazó con fuerzas. Extrañaba mucho pasar sus mañanas con ella.

—Tienes muchísima razón—Le dijo y golpeó su nariz levemente con su dedo índice.

—¿Podemos comer?—La niña preguntó

Paige sonrió.

—Si, ¿y sabes? Tengo algo divertido que podemos hacer—Dijo sonriente.

—¿Qué cosa?—Chloe preguntó ansiosa.

This Broken Sound p.h, c.lDonde viven las historias. Descúbrelo ahora