02.

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Me levanté sobresaltada, la música que puse como alarma del móvil me había despertado, normalmente esta canción me pone de buen humor por las mañanas, pero hoy no era el caso, únicamente había dormido cuatro horas, aquel sonido hacía retumbar mi cabeza. Anoche tuve una pequeña lucha por la custodia de la cama, no quería dormir cerca de Theo después de su comportamiento vil y despiadado, pero no hubo resultado, al final ambos dormimos en la misma cama, pero con un almohada situado entre los dos, a modo de muro de separación.

Entreabrí los ojos, y aún desperdigada sobre la cama, agité mi mano izquierda sobre la mesilla, en busca del teléfono, el cual terminó cayendo al suelo, pero era de esperar.

Bufé fuertemente hundida en una completa sensación de fastidio, arrastré mi cuerpo hacia la orilla de la cama, y con medio cuerpo fuera intenté alcanzar el móvil que había caído al suelo.

—¡Bonito culo! —exclamó el joven que acababa de entrar por la puerta de la habitación, había dormido simplemente con mi ropa interior y la camiseta blanca de Theo, la cual no llegaba a tapar la parte inferior de mi cuerpo; finalmente alcancé el móvil, me reincorporé sobre la cama y fulminé con la mirada al muchacho, quien traía consigo una bandeja de madera con fruta, tostadas, zumo y café —Te he traído el desayuno —comentó colocando la bandeja sobre la cama, esbocé una sincera sonrisa como gesto de agradecimiento.

—No creas que por traerme el desayuno a la cama, vas a volver a ganarte mi confianza y aprobación —murmuré cogiendo varias fresas troceadas de un pequeño bol de cristal.

—Al menos lo he intentado —masculló el muchacho dibujando una risueña sonrisa en su rostro, mientras sacaba un pantalón de chándal y una camiseta de color oscuro de su armario —¡Toma! —exclamó lanzando la ropa sobre la cama —Las manchas de tu vestido son imposibles de quitar, además tiene rotos por todos lados, mi ropa es tu única opción, a no ser que prefieras ir en ropa interior, que si es así, no soy quien para prohibírtelo —comentó el chico con una sonrisa traviesa.

—Tu ropa me parece buena idea —murmuré bebiendo el vaso de zumo de naranja recién exprimido.

—Genial —comentó Theo lacónico -—Por cierto date algo de prisa, quiero hacer una visita a alguien.

—Espero que sea Stiles, porque me urge hablar con él —dije metiéndome el último trozo de tostada en la boca.

—Mira por donde, vas a tener suerte —comentó Theo con aplomo.

[…]

Theo aparcó en frente de la casa de Scott, baje junto con él en dirección a la puerta, la cual estaba abierta de par en par, parecía como si estuviera esperando a alguien, y en efecto, el joven de tiernos lunares había esparcido ceniza de montaña para evitar que Theo entrará en su interior, creyendo que este era un verdadero hombre lobo.

Theo aparcó en frente de la casa de Scott, baje junto con él en dirección a la puerta, la cual estaba abierta de par en par, parecía como si estuviera esperando a alguien, y en efecto, el joven de tiernos lunares había esparcido ceniza de montaña ...

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Stiles se hallaba sentado en un escalón de la escalera que conducía al piso superior, sus ojos estaban rojos y algo llorosos. En cuanto me vio aparecer, se puso en pie instantáneamente, aparté a Theo y me lancé a los brazos del chico de ojos castaños. Me mantuve con mi cabeza pegada a su pecho durante un rato, no quería separarme de él, notaba su mano acariciando mi cabello, provocando una sensación de bienestar y tranquilidad en mi interior.

Theo Raeken || Nobody's ever loved me to the truth [2] En Pausa. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora