06.

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El intenso sonido de la sirena de policía resonaba duramente en el interior de mi cerebro, lentamente me iba abriendo camino entre la muchedumbre, que empujaba y corría con desesperación en busca de la salida de emergencia. Los dueños del local, se encontraban en las puertas, tratando de amansar a las fieras.

Caminaba lentamente, cabizbaja, notando ligeros golpes en mis brazos, debido al choque con las personas que huían despavoridos, el crimen que acababa de cometer me atormentaba la mente.

Un joven de buena constitución se interpuso en mi camino, había chocado con su dura espalda, alcé la vista, esperando encontrarme con la tranquilizadora mirada de Theo, pero por desgracia, no fue así.

Continúe caminando, ignorando aquel infortunio encuentro, a medida que daba un paso, todo a mi alrededor daba vueltas y un incesante pitido martilleaba mis tímpanos, provocando un molesto dolor de cabeza.

El sonido de una voz varonil gritando mi nombre penetró a través de mis oídos, me giré hacia el lugar de donde provenía aquel chillido, un joven se aproximaba con determinación, abriéndose paso entre la gente, con una expresión de angustia en su rostro.

-¡Alex! -exclamó Theo al verme -Gracias a dios que te he encontrado -impulsivamente coloqué mi cabeza sobre el pecho del chico, el cual me atrapó entre sus brazos, no quería soltarle, me sentía completamente impotente en aquellos momentos -Tenemos que salir de aquí -comentó el joven posando su mano sobre mi rostro.

Bajé la mirada, atormentada, pensando en el inerte cuerpo del chico que yacía en el frío suelo del cuarto de baño.

-Theo -dije a punto de derramar las lágrimas que luchaban por no salir de mis ojos.

-¿Qué ocurre? -preguntó el muchacho con preocupación -¿Qué has hecho? -colocó su mano sobre mi barbilla, subiendo mi cabeza para tener un contacto visual.

Tragué saliva y respire profundo -He matado a una persona -informé finalmente.

El chico me contempló con aturdimiento durante un leve minuto, el estruendoso sonido de la apertura de la puerta principal del establecimiento, nos puso alerta, varios agentes habían irrumpido en el interior de la discoteca, la multitud desmoralizada continuaba corriendo, impactando unos cuerpos con otros, Theo entrelazó su mano con la mía, apreté esta con dureza, evitando perderle entre la gente.

Esquivando el barullo ocasionado, localizamos la puerta trasera del local, cuya salida daba al aparcamiento perteneciente a la discoteca. Varios individuos, nerviosos, intentaban dar con su coche, para irse lo antes posible del lugar. Theo aferrado aún a mi mano, me llevó consigo hasta la posición de su automóvil, Josh se hallaba en frente del vehículo, cerrando con un fuerte golpe el capó.

-¿Se puede saber que está ocurriendo ahí dentro? -preguntó el muchacho lanzando las llaves a Theo, quien las interceptó con un suave movimiento de muñeca.

-Digamos que Alex ha ocasionado un ligero percance -explicó el chico de ojos claros dispuesto abrir la puerta delantera.

-¿Ligero? -cuestionó Josh con perplejidad.

Mientras ambos jóvenes discutían acerca de lo ocurrido, divisé una muchacha de hermoso cabello corto, que acababa de salir al exterior, la esclerótica de sus ojos poseía un fuerte color rojo, su maquillaje corrido, manchaba el contorno de su mirada, podía notar su temor a metros de distancia. La chica, ladeó su cabeza hacia mi posición, se quedó mirándome por unos segundos, pronto supe de quien se trataba, era la misma joven del cuarto de baño, la pareja del muchacho que había matado accidentalmente. Cuando me quise dar cuenta, aquella chica había desaparecido de mi visión.

Theo Raeken || Nobody's ever loved me to the truth [2] En Pausa. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora