03.

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Otra quimera andaba suelta por Beacon Hills, la cual fue la culpable del traumático estado en el que se hallaba el padre de Stiles. Teníamos que dar con ella, encontrar al joven que seguramente estuviera huyendo de los médicos del pavor en este preciso momento, encontrarla antes de que otro lo hiciera, averiguar de que extraña criatura se trataba y como había causado tanto daño al cuerpo del Sheriff.

Salimos disparados de la casa de Scott, introduciéndonos Stiles y yo en el interior del coche, dejando en el exterior al inocente chico de cabello oscuro, bloqueando la apertura de cada una de las puertas del automóvil, impidiendo que este entrará.

—¿Stiles, que estás haciendo? —pregunté confusa, al ver como Scott intentaba abrir la puerta -Déjale entrar.

—Podemos hacer el resto solos, no necesitamos a Scott —murmuró Stiles, arrancando el coche.

—¿Se te ha ido la pinza? No sabes ni por dónde empezar —farfullé entre dientes —Todo lo que sabemos es que se trata de otra quimera. ¿Sabes siquiera dónde vas? —dije con intención de que el joven entrará en razón.

—Sé lo que hago, Alex...

—Vamos, déjame ayudar, puedo encontrar pistas que tú no —masculló Scott a través del cristal de la ventanilla.

—Para eso ya tengo a Alex —se sublevó el chico apretando el pedal del coche, frenando bruscamente para evitar llevarse por delante al joven de cabello oscuro que se había colocado en frente del automóvil.

—No podéis hacer esto solos, ¿vale? —insistió Scott con sus manos apoyadas sobre el capó del coche —Me necesitáis, nos necesitáis a todos.

—Stiles, recapacita —musité apoyando mi mano sobre la del chico, con la cual agarraba el volante —Scott tiene razón —el muchacho de tiernos lunares me miró un segundo, desviando a continuación la vista hacia el joven que continuaba delante del coche.

—Puedo conseguir ayuda, puedo enviar un mensaje a Liam —sugirió Scott.

—Liam intento matarte —discrepó Stiles con un tono de voz que denotaba rabia y frustración.

—Vale, entonces al menos déjame ayudar -se empecinó Scott.

—¿Le creíste? —preguntó el chico de ojos castaños, sintiéndose traicionado.

—También confiaste en él —comentó Scott, provocando que Stiles bajará la mirada —Theo llegó a todos nosotros.

—Ni siquiera sabes la verdad de la historia —murmuró el joven aún con sus manos apoyadas en el volante.

—Ni siquiera sabes la verdad de la historia —murmuró el joven aún con sus manos apoyadas en el volante

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—No necesito saberla, todo lo que importa ahora mismo es tu padre —replicó Scott con temple.

Se notaba la tensión existente entre los dos, el aire se podía cortar con el proverbial cuchillo.

—¡Stiles! —exclamé provocando que el chico ladeará su cabeza hacia mí —Al igual que Scott, también confié en él, creí ciegamente en cada palabra que salía de su boca —suspiré intentando controlar las lágrimas —Pero por mucho que te cueste reconocerlo tú también lo hiciste —el joven volvió a desviar su mirada, con sus ojos cada vez más cristalinos, conteniendo la rabia y el dolor—Ahora no es momento de juzgar, sino de salvar a tú padre —mascullé finalmente, Stiles, contrariado, guardó silencio ante aquel comentario.

Theo Raeken || Nobody's ever loved me to the truth [2] En Pausa. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora