El viaje era algo pesado, me quede dormida unas horas hasta que me desperté por la risa de Chester, abrí los ojos y me di cuenta que estaban jugando con las cartas, no sé de donde las habían sacado pero creo que en un avión tiene que haber de todo y más si es abandonado.
-llegamos –dice Joe desde la cabina.
Me despabile, me ardían los ojos y me dolía un poco la cabeza después de lo que había pasado, note que tenia encima la campera de Chester, entonces la agarre y me la puse. Agarre el revólver que se me había caído seguramente cuando me quede dormida, y me senté cuando sentí que estaba por aterrizar el avión.
-linda, ¿estás mejor? –me dice Mike.
-eso creo...-dije con mi voz algo destrozada.
-por que gritabas y temblabas.
No sabía que decirle
-sí, te tuve que cubrir con mi campera para que durmieras mejor-se mete Chester.
-oh...-mire la campera que tenia puesta – perdón, ahora te la devuelvo –me levanta y cuando estaba por sacármela Chester toca mi brazo y yo lo miro.
-quédatela, la necesitas más que yo, además, aguanto el frío.
-¿seguro? –dije dudando.
-sí, no te preocupes.
-gracias-sonreí como pude.
Se abre la cabina
-vamos chicos, recién me comunique con el refugio y nos van a dejar quedarnos pero primero nos tienen que hacer una revisión médica para comprobar que no estamos afectados –dice Joe.
Bajamos y se veía como si no hubiera pasado nada, un campo verde y lleno de flores, una mariposa pasó al lado mío y a los segundos paso una chica paseando a su perro, un hermoso siberiano. Todos parecíamos unos nenes, mirábamos sorprendidos para todas partes, lo único que te recordaba lo que estaba pasando eran los grandes muros que nos separaban. Me separaban de Brad, me puse mal de nuevo, intente olvidar al ver las casitas del fondo, algunos edificios, habían algunas tiendas y por fin llegamos al centro médico. Nos esperaba una chica, con uniforme de doctora, tenía anteojos y un rodete perfecto.
-Hola, ¿ustedes son los chicos del avión? –saca un papel y lo lee- Joe Hahn, Chester Bennington, Rob Bourdon, Mike Shinoda, Dave Farrell, Brad Delson y ____... ¿Cuál tu apellido?
-no sé, apenas nos dijo su nombre –dice Joe.
-__ Barone-lo mire a Joe algo molesta – ni siquiera me preguntaron cómo me llamo.
-no era necesario, en tu mochila dice tu nombre.
-lo bordo mi abuela –dije algo avergonzada –junto con el que dice Linkin park.
-no dimos cuenta-dice Dave.
-bueno –interrumpe la doctora- yo soy Karen Waters y voy a empezar con usted señorita Barone-me agarra del brazo y entramos al hospital, los chicos me siguieron- son solo unos minutos, esperen que los llamo por apellido- siéntate – se sienta en la silla a lado del escritorio y yo me senté en la camilla.
-¿Por qué yo primero?
-las damas primero, tu apellido empieza con B-sonríe mientras prepara un frasco con una aguja, me iba a sacar sangre.
-algo mas, usted menciono a Brad, pero él no está.
-no me contesta, me ata con fuerza el brazo y me toca la parte de la vena presionando apenas- no muevas el brazo –me lo pincha y mire para otra parte, me daba un poco de impresión y me dolía un poquito, después de unos segundos me saca la aguja y ahí me dolió un poco- listo –agarra un algodón y me pone cinta micro porosa.
-no contesto mi pregunta.
-Señorita Barone, el señor Hahn ya nos informo y estamos buscando al señor Delson.
Me quede mirándola y solo salí, me senté al lado de los chicos. Estuve esperando a que terminaran de sacarle sangre a todos, solo quería dormir, hablamos sobre lo que habíamos visto hasta que nos daban las pruebas. A todos les dio negativo, solo faltaba yo, no entendía por qué yo era la última si me habían sacado sangre primero. Paso media hora hasta que por fin me llamaron y me dieron el papel con los resultados, leí todo lo que decía, entendía todo hasta que llego la parte que decía "tipo de sangre: desconocida" los chicos me miraron y volví a mirar la hoja "resultado: negativo".
-no puedo creer esto
-¿qué paso?-dice Chester.
-dice que tengo tipo de sangre desconocida –dije mientras tocaba la puerta del consultorio-sale la doctora.
-justamente con usted quería hablar –tiro de mi brazo- Señorita Barone, ya se habrá dado cuenta, no es normal que no se pueda identificar su tipo de sangre.
-¿Qué quiere decir eso? –le pregunte.
-que pudo haber estado enferma con el virus, pero en usted no tuvo el mismo resultado.
-¿tendría que ser un zombi en estos momentos?-dije sorprendida.
-sí, pero eso no paso y no sabemos por qué.
-¿y qué puedo hacer?
-tiene que seguir viniendo a la clínica, quizás usted puede ser la salvación de este mundo.
