Capítulo V : El pasado de Dan

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"No puedo volver al pasado porque entonces era una persona diferente."                                                Alicia en el País de las Maravillas de Lewis Carroll. 

 Ari despertó con un sudor frío recorriendo su frente y la respiración entrecortada. Consultó la hora en su móvil. Todavía eran las tres de la madrugada.

Como no podía conciliar el sueño de nuevo, se vistió con ropa cómoda y salió de su habitación para tomar el aire.

Al bajar las escaleras, vio que Miko, su dálmata, iba dando vueltas por la casa. Se acercó y éste le lamió las manos.

— ¿Tampoco puedes dormir?— le preguntó acariciándolo. El perro ladró en respuesta.

— Shshshshsh. — dijo mientras buscaba la correa de Miko. — Vas a despertar a todos.

Ari enganchó la correa en el collar de su perro y ambos salieron de casa. Pasearon por la playa tranquilamente hasta que se encontraron con Daniel.

— Vvve-ven nena. — dijo mientras se levantaba tambaleando con una botella de Whisky en sus manos. — Va-vamos a reconciliarnos.

Ari intentó ser fuerte y no echarse a llorar.

— Daniel estás borracho, será mejor que te vallas a casa. — él se acercó más y la cogió del brazo.

— No, pri-primero perrrrdoname.

— ¡Daniel sueltame! — se puso muy nerviosa, nunca lo había visto así.

— ¡Heee dicho que-que no!— intentó atraer a Ari hacia sí con el brazo que la mantenía sujeta.

— Daniel, por favor, me estás haciendo daño. — le dijo sollozando.

— ¡Ha dicho que la sueltes! — Dan, apareció detras de ella.

— Vaya, va-vaya, parece que-que yo no he sido eeeel único que ha engañadoooou. — miró a Ari, furioso.

— Por favor Daniel, suéltame, yo no te he hecho nada.

— Niii hablar, t-tu quieres que t-te suelte para follarte a est-te mama-marracho. — Al oir aquellas palabras, Ari se armó de valor y le pegó una fuerte bofetada a Daniel, consiguiendo liberarse de su agarre.

— ¡Maldita zo-zorra!— gritó mientras avanzaba, de nuevo a por Ari. — Va-vamos ha hablar a un sitio ta-tranquilo. — Al ver que volvía, Dan, se puso delante de ella para protegerla.

— Como vuelvas a tocarla llamaré a la policía. — como buen niño de papá que era, al oír la palabra "policía" se  asustó y salió disparado hacia su coche.

Cuando estuvo lejos, Ari no pudo contenerse y echó a llorar abrazada a Dan.

— Lo siento. — le dijo entre sollozos. —Debo parecer idiota.

— Por supuesto que no. — dijo separándola un poco. — Mírame Ari. — susurró cogiendo sus mejillas con las manos y secando sus lágrimas. — Eres muy valiente. La mayoría de las chicas hubiesen dejado que yo le pegara y en cambio tú, le has dado una buena bofetada. — Ari no pudo evitar reír ante el comentario.

— ¿Ha estado bien verdad? — Dan también rió.

— Ha sido un golpe perfecto. ¿Te apetece dar una vuelta?

— Vale.

Pasearon durante varios minutos en silencio, ninguno se atrevía a entablar conversación.

— Quería pedirte disculpas. — habló por fin Dan. — Por lo de esta mañana.

Las mejillas de Ari se tornaron coloradas al recordar lo que pasó.

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