Tentación. No te enamores de tu hermanastro ©

Capítulo 23

—¿Estás bien?

Jaden conducía en silencio. Su actitud medio hostil hacia mí y la mía de ignorarle habían sido olvidadas por los repentinos acontecimientos. Al final, cuando una persona te importa, da igual todo el daño que te haya hecho, da igual el enfado. Lo importante es solo la persona.

—Necesito ir a hablar con Gabrielle —pedí antes de cambiar de idea—. Necesito una amiga.

Jaden también podía valer, pero no era lo mismo. Gabrielle era mi mejor amiga, la persona con quien más compartía y quien había estado a mi lado todos estos últimos años. Tenía que compartir esto con ella y escuchar su consejo.

Sin protestar Jaden me llevó directo a su casa. La hermana pequeña de Gabrielle me abrió la puerta, pero apenas recuerdo hablar con ella unos segundos antes de subir a la habitación de mi amiga. Mientras tanto, Jaden esperó en el coche. Le insistí en irse, pero dijo que esperaría hasta que volviera.

Gabrielle se sobresaltó cuando abrí la puerta de su cuarto y me lancé directa a sus brazos.

Ella estaba estudiando en su cama, con todos los papeles tirados entre la colcha y el suelo. En mi camino a ella pise unos cuantos y creo que me senté sobre otros, pero ella no me dijo nada.

Me dejó relajarme en su abrazo y llorar. Después de eso escuchó pacientemente a que le contara qué me pasaba. Su expresión mientras escuchaba la historia lo dijo todo: ella tampoco lo vio venir. Ambas sabíamos del temperamento de mi padre, pero no esperábamos que algo así pasara.

—Ni siquiera sé qué hacer cuando le vea —gemí, limpiándome las últimas lágrimas con la mano—. No puedo dejar esto pasar, Gab...

Ella acarició mi cabello dulcemente.

—Lo sé. Ha ido muy lejos.

Gabrielle entendía cómo me sentía respecto a que otras personas decidiesen por mí. Sus padres no la dejaban estudiar arte, su verdadera pasión, porque no lo entendían. En su ligar querían que se dedicara a lo que ellos consideraban algo importante, y eso la volvía loca.

—Oye, ¿quieres saber una buena noticia? —Preguntó después de otro largo rato—. Igual así te animas.

Lo cierto es que no me vendría mal, así que asentí.

—Cody y yo... Estamos saliendo juntos.

Oh. Quizás eso si lo vi llegar. Ella y Cody, el amigo de Jaden, habían estado tanteando a tener o no tener algo desde hace meses. Él incluso se había unido al equipo de matemáticas por ella.

—Pero es secreto. Dice que no quiere ponerme en riesgo por lo de los matones que persiguen a su hermano y bla, bla, bla... Pero al final hemos llegado a un acuerdo.

La di un codazo juguetón, ya de mejor humor. Yo sabía que ella también estaba loca por él.

—Al menos ahora dejará de fastidiarme tanto —chasqueó la lengua en deje de disgusto—. A veces era muy pesado.

—Solo quería ponerte de los nervios —concordé—. Quine sabe, ahora podríamos tener citas dobles.

Me separé de ella para acomodarme mejor en la cama. Gabrielle me observó detenidamente mientras me sacaba la goma del pelo y volvía a hacerme una coleta. Prácticamente no quedaba ningún pelo bien atado.

—¿Citas dobles?

—Sí, Cody y tú, Evan y yo —terminé de recogerme el cabello y me encogí de hombros—. Parece que la cosa va bien con Cody.

Gabrielle se revolvió incómoda. Alcé las cejas. Quizás no tenía ganas de citas dobles.

—Oye Erin... La cosa con Evan... ¿Va bien?

No habíamos hablado demasiado de Evan, y estaba segura de que ella también sabía que continuaba teniendo sentimientos hacia Jaden. Pero era mi amiga y no podía ocultárselo.

—Parece que es lo único que va bien últimamente —cavilé, porque era cierto—. Yo diría que podría volver a gustarme tanto o más de lo que me gustaba antes, si todo sigue así.

No sabía si eso era real o no, pero intuía que sí.

Gabrielle se puso de pies de un salto con nerviosismo. Joder, pensé que se alegraría.

—Mieda, Erin... —blasfemó, algo que me noqueó porque ella nunca decía maldiciones—. Pensé que lo vuestro se había acabado para siempre.

No pude hacer otra cosa que soltar una risa nerviosa. ¿A qué venía eso?

—Lo hizo, pero volvimos —expliqué confusa—. Me dijo que estaba enamorado de mí.

Ella me miró. Luego apartó la vista, apretó los labios, y volvió a mirarme.

Después suspiró.

Mi estómago se revolvió. Algo no iba bien. Nada bien.

Instantáneamente, volví a ponerme alerta cuando Gab se volvió a sentar a mi lado, mirándome con sus ojos brillando. Mi amiga estaba muy nerviosa. Demasiado.

—Pensé que no volverías con él. Cuando lo dejasteis... pensé que no le querías.

Pensé un segundo en sus palabras. Ella se había ido enterando de toda nuestra historia. Lo mal que nos empezó a ir, como terminamos por no soportamos. Estuvo allí cuando lo dejamos.

—Eso pensaba yo —dije finalmente—. Pero supongo que donde fuego hubo, cenizas quedan.

Gabrielle cerró los ojos y tomé aire lentamente. No entendía nada. Pensé que se alegraría por mí.

—Tengo que confesarte algo, Erin. Pero no te enfades.

Me puse rígida. Había recibido una noticia demasiado desagradable en un solo día, no quería escuchar lo que parecía otra. Sin embargo, ella estaba dispuesta a hablar.

—Cuando lo dejasteis Evan estaba muy mal y tu... Bueno, tú parecías bastante mejor y... Él siempre fue mi amigo. Tú siempre decías que estaba enamorado de mí y que yo de él y... Y...

Fue mi turno de ponerme de pies.

—Para —exigí, completamente tensa—. Gabrielle, no sigas por ahí.

Intuía lo que quería decirme. Era algo que realmente nunca me había planteado hasta ese momento, pero ahora que ella comenzaba con su verborrea de palabras mi cerebro empezaba a trabajar y a unir ideas que no quería pensar.

No.

—Evan y yo nos besamos esa noche, en la fiesta.

Mi hermana ve esa serie. Cuando la dije que era la misma actriz para las dos gemelas se enfadó y no quería creerlo. Siento que destrocé sus sueños xD (oye, ¿nadie más piensa que wattpad debería añadir emoticonos a parte de la posivilidad de gifs, imagenes y videos?)

Love, Ann.