- está bien, Jack, puedes continuar. - dijo la bruja finalmente.
- gracias – suspiró Jack aliviado. Pero antes de que pudiera poner un pie en el suelo Chimuelo se soltó e intento atraparlo.
- Cálmate dragón – le dijo la bruja a Chimuelo para tranquilizarlo – tu humano al final gana la mano de la princesa, o bueno, en este caso la varita.
Chimuelo pareció comprender a la bruja y se volvió a sentar pero en ningún momento dejó de mirar a Jack con una mirada enfurruñada. Jack volvió a su lado más tranquilo, y volvió a abrir el libro, los chicos seguían intentado decidir si eso era una broma o era verdad.
- ¿Esto es en serio Jack? – preguntó finalmente Hipo.
- Es verdad, ahora, si están de acuerdo, continuare con la narración.
Los tres chicos asintieron confirmando su acuerdo, sin estar seguros de si debían sentirse emocionados o preocupados.
- Ceniciento y sus hermanastros estaban muy emocionados porque recibieron una invitación al baile de cumpleaños de la princesa Mérida y se esmeraron preparando sus vestidos para la noche, pero la malvada madrastra de Ceniciento no quería que este fuera al baile, así que le puso todo tipo de tareas para que no acabara a tiempo y no pudiera ir al baile.
- ¡Oye! ¡Eso no es justo!
- ni modo Ceniciento, a ver.... quiero que barras la casa de nuevo, que vuelvas a cambiar las cortinas porque estas no me gustaron, que traigas muchos vestidos para ver si alguno le queda a tus hermanos...
- Pero... - intentó protestar Hipo.
- ...que muevas de sillón a Patapez, que lustres mi botas, - continuó Brutilda ignorándolo - que cocines otro pastel y limpies los trastes que se ensuciaron hace rato...
- ¡Que haga más panques! – exclamó Brutacio divertido.
- La que le va ordenar cosas en este momento soy yo – dijo Brutilda golpeando a su hermano en la cabeza.
- Auch.
- jajaja - se comenzó a burlar Patán hasta que Brutilda también lo golpeó – ¡Ouh! ¿Y eso porque?
- Dejen de interrumpir a su madre niños malcriados – dijo ella con las manos en sus caderas - ¿En que iba? ¡Ah, sí! y mejor que te des prisa Ceniciento, porque después pintaras mi cuarto.
- Pero...
- Pero nada, date prisa o te hago obedecer a golpes – dijo Brutilda divertida.
Hipo suspiró resignado y comenzó a correr a hacer las ridículas tareas que se le habían encomendado.
De vuelta en la cocina Jack se sintió en peligro, en cuanto las pesadas tareas comenzaron a caer sobre los delgados hombros de Hipo, un gruñido a modo de advertencia y amenaza se escuchó a su derecha. Si bueno, Chimuelo se había puesto en modo sobre-protector, notó Jack mientras pasaba saliva con preocupación, mejor que metiera al "Hada madrina" pronto.
- Y el pobre Ceniciento tuvo que hacer todas las tareas del hogar mientras los demás se arreglaban para el baile.
Hipo estaba en la cocina buscando ingredientes para pastel mientras sus hermanastros intentaban elegir vestidos y se "arreglaban"
- ¿Este vestido me hace ver gordo? – preguntó Patán mirándose mientras se probaba un vestido café.
- Nah, el vestido es normal, tú ya estás gordo – le dijo Brutacio mientras intentaba ponerse un vestido amarillo chillón.
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Noche de Cuentos
FanfictionCuando el insomnio ataca por las noches, nunca faltara un cuento que intentará entretenerte hasta que el sueño venga. Por tratados de comercio y paz los chicos de Berk se encuentran pasando la noche en el castillo de DunBroch, y aunque los adulto...