Capítulo 7: Caos en el castillo

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- ¿Y bien? ¿Cuál es nuestra siguiente historia? - preguntó Jack intentando acercarse al libro.

- Oh está les encantará – dijo la bruja sonriendo sospechosamente alegré – en especial porque Jack será el protagonista.

- ¡¿Qué?! – exclamó Jack incrédulo.

- ¡Sí! – gritaron los niños alegremente.

- Oh y no solo eso – dijo la bruja con malicia – dejaré que los niños elijan cual historia protagonizarás.

- ¿En serio? – preguntaron los niños ilusionados.

- Estás de broma. ¿Verdad, bruja? – dijo Jack mirando preocupado a los pequeños.

- ¡Talladora de madera! – dijo la bruja pegándole un librazo a Jack.

- ¡Auch! – Jack se alejó y se sobó la cabeza.

- Y no es broma – continuó la bruja – a ver niños, díganme, ¿Qué tipo de historia les gustaría que Jack protagonizara?

- ¡Una de aventuras! – gritaron Mérida y Astrid

- ¡Una con piratas! – exclamó Brutacio.

- ¡Una con muchos monstruos! – gritó Brutilda atacando a su hermano con una galleta.

- les recuerdo que Jack los hizo usar vestidos – graznó el cuervo mordisqueando una galleta sobre la mesa. Chimuelo lo miró pensando que quizá después de todo, el ave servía para algo.

- Yo no me quejo – dijo Astrid con una sonrisa malvada mirando a Hipo – me reí mucho.

- Sí, fue genial – dijeron Mérida y Brutilda.

- Hablen por ustedes – dijeron Patán e Hipo.

- Sí, esas cosas son súper incomodas – se quejó Brutacio - ¡Y no dejan respirar bien!

- Ahora nos comprenden, chicos – dijo Mérida – excepto Patapez, él se la paso inconsciente.

- He aprendido que cerca de Brutilda debes medir tus palabras – dijo el chico tomando su distancia.

- Jack también fue el causante de que corrieras por el atajo equivocado – los interrumpió el cuervo posándose sobre la cabeza de Mérida - ¿Eso también fue divertido?

- ¡¿Qué?! – preguntó Mérida, mirando al espíritu invernal con una mirada vengativa.

- Cuervo traidor – susurró Jack lanzando hielo en su dirección, pero el cuervo hecho a volar de nuevo cerca de la bruja y graznó en dirección a Jack molesto. La bruja no dejaba de sonreír. Incluso acarició al cuervo.

- Entonces niños, ¿Qué clase de historia quieren oír ahora?

- Oh, yo creo que Jack debe probar su propia medicina – dijo Mérida mirando malévolamente a Jack.

- No exageren niños, no fue para tanto – dijo Jack intentando ser conciliador – en rea.... ¿oyeron eso?

- No cambies el tema Jack – dijo la bruja.

- No, en serio. Escuche algo, eran pasos y... creo que regaños.

- Es más de media noche Jack, todos están durmiendo.

- En serio, y creo que vienen hacía acá, escuchen, guarden silencio.

Todos guardaron silencio y prestaron atención a cualquier sonido fuera de lo normal, en efecto, después de un par de segundos escucharon pasos acercándose, y el sonido de una voz cada vez más clara y fuerte, voz que todos reconocían y temían. La reina regañando a alguien por hacer alguna travesura.

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