Capítulo 7. Amistad

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Me despierto en mi habitación de golpe. La cabeza me da vueltas y me cuesta un poco darme cuenta que estoy en mi cama, eso sí, con la ropa de ayer puesta. Veo mi móvil cargándose en la mesilla de noche. No lo he encendido desde que llegué aquí, debo tener cientos de mensajes y llamadas de mis amigos, no tienen noticias mías desde que me despedí el lunes.
Cojo el móvil y para mi sorpresa solo tengo 11 mensajes. Cinco llamadas de mi padre, dos de mi madrastra y en el buzón de voz mensajes de Ally, mi mejor amiga de América. Cuando empiezo a reproducir uno de ellos me siento muy bien por dentro al escuchar su voz, interesada como siempre por saber cómo estoy y cómo va todo... Y entonces la veo. Me sobresalto y casi me caigo de la cama del susto. Rachel, la chica de ayer, está sentada en mi escritorio.
Recuerdo que me desmayé y caí al suelo y que alguien hablaba y me cogía, pero no pensé que fuera ella... Espera, ¿Qué hacía ella allí?
La miro fijamente sin saber muy bien qué hacer mientras espero que me diga algo, que me de una explicación o lo que sea, pero no dice nada, me mira y la miro, y nuestra comunicación se basa en eso.
-¿Qué...- Empiezo pero ella me corta.
- Estábamos en la fiesta del ala Oeste porque una amiga quería hablar con un chico, me mareé y decidí irme a fuera a tomar el aire... Cuando volví te reconocí y vi cómo te caías al suelo, inconsciente. Llamé a mis amigas y juntas te traímos aquí.- Explica.
Su explicación es más que suficiente.
-Gracias...- Digo y ella asiente y sonríe débilmente.
Creía que sería alguna rarita pero por lo que veo solo es alguien que deja muchas incógnitas, misteriosa, aún tengo muchas dudas por la advertencia que me dijo de Jayson, no sé a qué venía...
<<Jayson, Jayson, ai no, recuerdo lo que pasó con Jayson>>
Recuerdo cada uno de los detalles relacionados con Jayson ayer, como me tiré sobre su cama, como me cogió, como hizo que me derrumbara y sobretodo, como me besó. Me pongo roja solo de pensarlo y entonces entran dos tres chicas en la habitación.
<<Me suenan, deben ser de mi mismo curso>>
Una es morena con el pelo liso y largo y tiene los ojos achinados y labios finos, otra es castaña, pelo corto y ojos azules y bastante delgada comparada con el resto, ninguna de ellas destaca en especial, excepto la pelirroja alta que hay entre ellas: Alta, ojos verdes y pelo rojo intenso, me suena de algo pero no sé muy bien de que. Me mira y entonces se que es la que tiene la voz en esto.
-Hola, soy Kimberly, ¿Te acuerdas de mí?
<<¡La chica de la habitación!>>
-¿Kim?-Digo preguntando.
- Veo que sí, estas son Lily- Señala la chica con los ojos achinados.- Y Meghan.-Señala a la castaña con cuerpo de modelo.
Asiento con la cabeza
- Y veo que ya conoces a Rachel, fue ella quien nos avisó de lo que te había pasado.
-  Sí, lo sé.- Respondo.
Me mira unos instantes callada y dice:- Chicas cerrad la puerta, tenemos que hablar.

Me temo lo peor, desde que he llegado solo me han pasado cosas malas y ahora estoy encerrada en mi habitación, con resaca y cansada junto a 4 chicas con las que no había estado nunca.
- Nos han dicho que plantaste cara a Ann Harrison.- Suelta Meghan.
- Increíble...- Se ríe la chinita.
- ...Sí...Si tenéis algún problema no es asunto mío, le di lo que se merecía en ese momento...
- Lo se.-Me corta Kim.- Lily se refiere a que llevábamos tiempo esperando a que alguien plantara cara a esa puta rubia. Llegas tu, y ya el primer día le saltas encima.
- Hay que tener ovarios para plantarle cara a la protegida de "Jaysoncito".-Se ríe Lily.
Siento que se refiere a Jayson y me entran arcadas de solo pensar en lo que pasó en su habitación con Ann.
- Queremos que sepas que no nos debes nada y tienes nuestro respeto, aún no conoces a nadie así que si quieres compañía, ven con nosotras, eres bienvenida.
Es muy amable por su parte y me hace muy feliz oír algo así después de por todo lo que he pasado, no me lo pienso dos veces, sonrío y asiento. Aunque haya sido un encuentro un poco raro no me preocupo por ello, no parecen malas chicas y tenemos algo en común: Odio por Ann.
- Dúchate y cámbiate de ropa, despéjate e iremos a comer algo.- Sonríe y me deja en la habitación con Rachel.
- Son buenas chicas jeje...Intenta arreglarte un poco, pareces un zombie.- Se ríe.- Cuando estés avisa, estaré en la habitación 236.
No me da tiempo a preguntarle por Jayson pero tampoco es muy urgente.
Son las 11:15 de la mañana cuando acabo de ducharme. Me seco el pelo y decido ondulármelo con la plancha. Hoy estoy de mejor humor así que decido maquillarme un poco: Me pongo corrector y me rizo las pestañas. Al acabar me visto con el uniforme y me miro al espejo. Llevo una mano donde Jayson me acarició ayer, su tacto y mi tacto surgen diferente efecto en mi piel. Sonrío, me pongo un poco de cacao y salgo en busca de la habitación 236.

Nos dirigimos a la cafetería y nos sentamos en la mesa donde nos esperan las otras.
- Te he cogido un par de pastas y un café, para que te despejes un poco- Dice Kim.
Está delicioso y no pongo reparos en comérmelo todo. Mientras como ellas beben una taza de café y hablan del verano y de cómo fue la fiesta de ayer. Meghan era la chica a la que tenían que acompañar para que hablara con un tal Troy, y Kim aprovechó para saludar a un "amigo". Deben notar que las escucho cuando se giran para mirarme.
- Oye, ¿Y tú de dónde vienes?- Pregunta Lily.
- De América...
- Ya eso ya lo sabemos pero, ¿De qué parte?- Me corta Meghan. Todas me miran.
- Me crié en Apple Valley pero actualmente vivimos en San Bernardo, California.
- Dios, ¿Tu padre es productor de cine o algo? Ese sitio es bastante caro para vivir. - Me incomoda Meghan.
- No, no lo es... Voy a llevar esto.- Digo señalando mi bandeja. No me siento cómoda hablando de mi padre.
Me dirijo a la cinta donde se llevan las bandejas y cuando la dejo salgo en dirección al baño. Necesito refrescarme hace mucha calor. Una mano tira de mi brazo con fuerza cuando voy a abrir la puerta del baño y me mete dentro del de chicos. Genial, más problemas.
Peter corre el pestillo y me sienta en la taza.
- Ashley, ¿Te hizo algo ayer?- Pregunta asustado, intentando no alzar la voz.
-¿Qué?
- No te hagas la tonta por favor, sé que te llevó a su habitación ayer noche.
- No me hago la tonta, sé lo que hizo.
- Entonces dime.
- ¿¡A ti qué más te da?! Recuerdo que tampoco pusiste mucho empeño en pararle...
- No lo entiendes Ashley, es complicado...
- ¿Qué es complicado? Explícamelo.- Exijo.
- Jayson es complicado, llevarle la contraria o pelearse con él solo trae problemas, y no solo por Ann...
-Por dios...Dime algo que no sepa.
- No es solo por su carácter, por la posición de su padre se cree que puede hacer lo que quiera... Ashley, cuando una chica se le cruza entre ceja y ceja no la deja en paz hasta que consigue lo que quiere, y Ann la destroza...
- ¿Qué? ¿Porqué me dices eso? La relación que tienen estos dos es demasiado rara, si son pareja no deberían jugar con otras chicas...
- ¿Pareja? Ui no, ya le gustaría a Ann... Son hermanastros, y ella está obsesionada con él desde el primer día que empezaron a vivir juntos, él la tiene especial cariño, nunca ha tenido una hermana... O lo que sea ella.
Ahora me cuadra algo, pero no entiendo porque me lo dice a mi.
- Sé que pasó algo ayer.- Dice.- Y desde que llegaste, eres la siguiente. Tus nuevas amigas limpiaron el muro esta mañana, fue Ann y no Jayson. Ten cuidado Ashley...- Me pone una mano sobre el hombro y siento como me corre un escalofrío.
No pienso en el calor que hace hoy..., no pienso en cómo mira al suelo, abre la puerta y se va, no pienso en nada.
Tengo dos cosas claras en este momento: Una es que Ann no va a parara de intentar joderme hasta que Jayson me deje en paz... Y dos, Jayson no va a dejarme en paz.
Lo segundo lo tengo más claro aún cuando le veo, de pie, con los brazos cruzados junto a la puerta.
- Que boca más suelta tiene mi amigo jajaja...- Dice. Su risa me hiela la sangre.
Intento volver atrás al cubículo y encerrarme en el pequeño baño individual pero me coge, me pega contra el mármol que envuelve los grifos y pega su frente contra la mía.
- Fue Ann... Me encanta como hace sufrir a las chicas, ¿Qué pena que no te alejaras de mí verdad? Se que ahora piensas eso. Dime, ¿Me odias?
-...
-Responde.
-...¿No?
<<¿¡Lo acabo de preguntar!?>>
Se ríe, el aire sale por sus orificios nasales y se ríe a carcajadas, como un loco. Como yo ayer.
-No, claro que no. Sé que me necesitas, que me deseas y que después de lo de ayer no puedes ni dejar de pensar en mi. Lo sé todo y no puedes hacer nada, ayer lo dejaste muy claro en mi cuarto...
No dejo que acabe la frase, bajo la mirada, le aparto y me dirijo a la puerta, antes de salir, le dedico unas últimas palabras:
- No sabes nada, crees que sabes algo pero en realidad me das asco. Por eso te dejé tirado cuando más ganas tenías de follarme, por eso nadie te va a querer nunca de verdad, por eso vas a quedarte solo con la loca y obsesa de tu hermanastra. Capullo.
Cierro la puerta del lavabo pero eso no me impide escuchar el sonido del cristal del espejo rompiéndose a trozos y cayendo al suelo. Está muy enfadado y mis palabras han surtido el efecto que deseaba.

No me arrepiento de nada.

Nota: Este capítulo lo he tenido que subir un poco más tarde por problemas técnicos (no me funcionaba internet). Siento mucho no haberlo subido a tiempo pero espero igualmente que os guste. Ahora intento hacerlos un poco más largos y estaría bien que me dierais vuestra opinión sobre la historia para intentar mejorarla ;)

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