- ¿Hola? ¿Pasa algo?- Pregunta Mark.
Salgo de mi ensimismamiento, no podía dejar de mirar la marca y pensar en dónde me he llegado a meter, esto ha sido muy repentino y no me gusta nada.
- Eh... Sí sí, estoy bien, solo es un rasguño que me he hecho en el bosque.- Contesto.
Me mira con cara de no haberle convencido.- ¿Un rasguño con forma de K?- Se apoya en la mesa de madera y cruza los brazos, me mira enarcando una ceja.- Qué coincidencia, ¿No crees?
Desvío el tema.
- Sí, y ya va siendo tarde, ¿Puedes decirme dónde está la escuela? Seguiré el camino hasta llegar a ella.
Suspira cansado y se da la vuelta para tapar al niño pequeño.
- Como caballero que soy, no puedo dejarte ir a estas horas solo al centro. Como te he dicho, queda a dos kilómetros y hay que cruzar el campo y parte del bosque, lo mejor sería que pasaras la noche aquí...
- No puedo hacer eso, vivo allí, enterarse que llevo todo el día fuera sería señal de que me he escapado o algo peor... No quiero preocuparles, no quiero que llamen a mi padre, tengo que ir...
- Vale vale...- Me corta.- Pero no pienso dejarte ir sola, tienes una venda en el pie y otra en el brazo, por dios. Te llevaré en coche.
Se agacha y coge al niño en brazos.
Salimos de la cabaña, fuera hace frío y me obligo a taparme con los brazos para calentarme. Mark se sube en un coche verde oscuro y acuesta al niño en la parte de atrás, quien sigue durmiendo profundamente. Me hace una señal con la cabeza cuando se sienta en el asiento del conductor.
- ¿Subes?- Pregunta.
Cojeo hasta el asiento del copiloto y me siento.
- Ponte el cinturón.- Me dice.
Llevamos unos 10 minutos en el coche. Mark se ha metido por una carretera rural que atraviesa el bosque y el campo, nadie ha abierto la boca desde que salimos.
- No es mi hijo, ni mi hermano, si es lo que estás pensando.- Rompe el silencio.
- No, yo no...
- Es el hijo de unos amigos de mis padres, se iban de viaje y yo no tenía que trabajar así que me han pedido que lo cuide, la cabaña del bosque es suya, su casa se está pintando.
- Vaya, pues la verdad, qué suerte, si no llega a ser por eso no se lo que habría hecho...
- Ja, la verdad, es que sí, suerte.
- Destino, más bien...
- ¿Crees en esas cosas?- Pregunta con incredulidad.
- No mucho, pero a veces es evidente que algo te pasa por algo... No se, como explicarlo...
- Hum, pues vaya mierda de destino que tenemos algunos.
- Sí, supongo que sí...
Noto que de vez en cuando sus ojos se alternan y me miran, me siento algo incómoda al estar en un coche con un chico que apenas conozco pero el cansancio es mucho más grande.
Cuando abro los ojos hemos llegado a la academia. Todo está oscuro y el camino de la entrada se ilumina por los farolillos.
- Gracias por acompañarme Mark...- Le sonrío mientras salgo del coche. Cierro la puerta y él baja la ventanilla.
- Cuida de tu pierna, en breve se te curará...
Estaba tan oscuro que no había notado cómo una sombra se acercaba a mi.
Jayson golpea el coche con la mano y me aparta de él.
- ¿Se puede saber qué coño haces con ella? ¿¡EH!?- Da otra hostia.
- ¡¿Qué haces Jayson?! Déjale en paz, solo me ha acompañado.
- ¡Tú no le defiendas! ¿Qué coño has hecho durante todo el día? Has desaparecido como si nada, ¿quién coño te crees?
- ¿A ti qué más te da?- Repongo.
- Dar un paseo por el bosque.- Añade Mark.
- ¡Tú te callas!- Da otra hostia al coche.- ¡No pintas nada capullo!
- ¡Jayson!- Grito.
- Hasta la próxima, Ashley.- Se despide Mark poniendo el coche en marcha y marchándose.
- ¡¿Qué?! NO HABRÁ UNA PRÓXIMA.- Jayson dice tirándole una piedra al coche, pero ya está muy lejos y no logra darle. Pega una patada al suelo.
Entonces se fija y se queda congelado mirándome. Sucia, con la ropa medio rota, una venda en la pierna y otra ya anterior en el brazo y mi cara, cansada, agotada.
Me coge un brazo con cuidado, mirándome con más precisión.- Cuéntame que coño te ha pasado, ahora.- Exige Jayson lentamente.
- Es una larga historia, yo estoy muy cansada... Me voy a dormir...
- ¿Ha sido esa estúpida hermandad Ash?
- He dicho que me voy.- Me intento ir pero me coge del brazo.
- He dicho que me lo cuentes.
- Eso mismo señorita Moore, estaría bien saber dónde se ha metido durante todo el día.- Dice una mujer vestida con traje y pelo corto blanco. Me recuerda a mi abuela sólo que esta mujer es mucho más joven, de unos 50 años.
- Soy la señorita Charlotte, jefa de la orientación y moderación de los alumnos del centro, y usted, señorita Moore, es alguien de quien he oído hablar mucho en estos días.
Jayson permanece callado, estamos los tres solo frente a la puerta principal de la escuela.
- Está bien, creo que es hora que vuelva a su habitación, mañana le preguntaré.
Me giro y subo las escaleras de la entrada. Jayson me sigue extrañamente callado detrás mío.
- Señorita Moore.- Añade la señorita antes de que entre.- Espero una respuesta por su parte.- Sonríe y entra al edificio dirección a las habitaciones y de los profesores.
Jayson se va a su habitación sin ni siquiera mirar atrás, sin mirarme, sin decirme nada, sólo desaparece, y me quedo sola en el pasillo.Nota: Esta primera parte solo es el principio de lo que os espera. He decidido partirlo en dos para que podáis centraros más en la segunda parte. Espero que os guste ^.^
ESTÁS LEYENDO
CUANDO MENOS TE LO ESPERAS
Teen Fiction《Porque nada nunca fue lo que parece》. Ashley Moore, una chica de 16 años, había disfrutado de sus últimas vacaciones de verano junto a su padre antes de ser trasladada a la prestigiosa escuela GreenHills, en Inglaterra. Allí no conoce a nadie, nun...