El primer presente

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Recuerdo perfectamente el día y la hora de mi fiesta de catorce años, me sentía emocionada, era un dos de abril había caído en sábado.

En el orfanatorio hacían fiestas muy sencillas estas parecían días normales su única celebración era un pastel después de la comida, pero para mí buena suerte este fué un cumpleaños totalmente diferente se debía a que había recibido mi primer presente el único a lo largo de mis catorce años me alegré tanto que sentía como las lágrimas se escurrían sobre mis mejillas, la envoltura tenía demasiada cinta así que corrí por unas tijeras; regresé, quite la cinta tontamente hasta que lo tuve en mis manos, era algo raro mejor dicho era extraño se trataba de un artículo rectangular con letras en otro idioma o tal vez en código, era de color negro prácticamente no tenía ningún uso en especial lo único que entendí es que tenía las siglas S.S.P, esto no me servía para nada, pero aunque no tuviera una función era mi primer regalo así que lo conservaría, pregunté quién me lo había dado pero nadie sabía nada, así que era anónimo.

Mi mejor amiga Jane me hizo una carta como de costumbre, era mi única amiga, estamos aquí desde recién nacidas prácticamente ella era mi hermana.
-¿Astrid?-me llamó
-¿Mande?
-Te hice una carta, sé que te hago una carta cada cumpleaños, pero esta es especial.

Abrí aquella adorable carta y comencé a leerla pero a decir verdad sentí que mi mejor amiga me ocultaba algo lo cual era muy importante, pero por temor a que no me agradara oír la respuesta no le pregunté nada, me dediqué a disfrutar el día de mi cumpleaños.

A la mañana siguiente la seguí notando muy diferente.
La señorita Trinity me llamo a su oficina, se veía muy emocionada pero a la vez se le notaba tristeza en las facciones de su rostro, sus pequeños ojos azules estaban cristalizados supuse que quería romperse a llorar pero su enorme y preciosa sonrisa hacía que se viera deslumbrante.

-Asd, tengo que darte una noticia espectacular-dijo con ansias
-Claro!, Dime
-Alguien ha pedido adoptarte

Sentí como una racha de emoción recorrió mi cuerpo desde mi cabeza hasta las puntas de los dedos de mis pies.

El aire me estaba empezando a faltar.

-Pero no es todo.
-¿Que más pasó?
-Adoptaran a Jane- casi se pone a llorar
-¿A las dos?, ¿Eso no es extraño?
-Bueno es que les conté sobre tu amistad con ella entonces han decidido no separarte de Jane.
-¿Y cómo saben de mi si nunca me han visto?
-Ellos te querían adoptar hace varios años tal vez no te acuerdes porque estabas muy pequeña pero te adoran, ven están en mi oficina, quieren verte.
-Voy detrás tuyo.

Al entrar a la oficina vi a dos personas tenían ropa casual pero indicada para la ocasión. La mujer es de pelo negro y rizado, piel blanca, ojos grandes de color café dorado también tenía algo que resaltaba de todo los demás atributos que la conformaban ella tenía una sonrisa preciosa, digo preciosa porque sabía la razón de ella. En cambio el hombre también era alto pero de piel morena, es calvo eso me dio un poco de risa pero no la suficiente como para que lo notaran, su actitud lo hacía ver muy osado.

-Señora Ellen, esta es Astrid ustedes la conocen pero ella a ustedes no, así que la traje para que se presenten al igual que a el señor Isaac- dijo la señorita
-¿Hola?- mi voz se quebró de los nervios
-Hola Astrid, como acabas de escuchar me llamo Ellen...- La secretaria interrumpió
-Los dejo para que platiquen, iré a traer el papeleo.

Salió velozmente de la oficina.
Me senté en una silla para niños muy incómoda.

-Bueno quisiera saber de ustedes primero... Como dicen que se ¿llaman?
-Ellen Newton, pero claro que tú puedes decirme Eli o si quieres mamá, pero no te puedo obligar a nada así que llámame como quieras por mi está bien.
-Esta bien Ellen, espero que nos llevemos bien.
-Claro ¿Por qué no? seremos grandes amigas.
-Mmm

Isaac seguía sin hablar, creo que es muy serio o al menos aparenta serlo, solo estaba sentado enfrente de mi sin decir una palabra en absoluto, tengo que reconocerlo su silencio me daba temor. Como es que una mujer tan bonita y frágil la cual es Ellen podría fijarse en un hombre tan serio y frío, bueno nadie puede entender ni cambiar al mundo el mundo cambiará por si solo cuando sea necesario, creo que Isaac percató mi mirada la cuál le insinuaba que estaba esperando a que el hablara así que decidió dirigirme unas cuantas palabras.

-Hola Astrid me llamo Isaac Halton, nos llevaremos bien ya verás.
-Ah bueno, espero que así sea, bueno miren llevo aquí desde que tengl memoria y la verdad es muy raro que alguien se fije en mi así de la noche a la mañana.
-Nosotros lo hicimos- dijo Elena
-Losé, pero ¿Porque? sigo sin entender, solo quiero que me expliquen porque...

No sabía si decirlo sé que es algo estúpido y sin sentido, tal vez ya sabía la respuesta, pero a decir verdad no tenía nada que perder así que me armé de valor para decirlo.

-¿Porqué me hablan solo a mí? No creen que Jane tiene el derecho de saberlo.
-Pero claro que ella lo sabe, bueno ya tiene tiempo que se enteró pero nos ayudó aguardar el secreto para dártelo como sorpresa de cumpleaños.

Un segundo presente me digo hacia mis adentros.

-Eso cambia todo y aclara muchas dudas. Gracias.

La secretaria entró a la oficina con dos carpetas una llevaba mi nombre, la de Jane también llevaba el suyo la única diferencia que había es que la mía venía en un portafolio negro se veía que tenía muchos expedientes, tenía un sello que parecía de alguna agencia o algo parecido, en cambio la de Jane sólo era una carpeta casi vacía. Me quede pensando un rato hasta que sentí que la silla de niños empezó a calarme en las piernas y parte de la cintura, tenía solo dos opciones, salir y contarles a todos que por fin saldría de ahí o quedarme a ver como hacían el papeleo de la adopción.
Todavía tengo dudas acerca de esto se me hace realmente extraño pero alomejor con ayuda del tiempo lograré encontrar esas respuestas.

Me levante de mi asiento y salí delicadamente de la oficina sin articular alguna palabra, me sentía un poco emocionada pero también tenía mucho temor, nose como sería mi vida alado de ellos que tal que no soy lo que ellos esperan o qué pasaría si ellos no son lo que yo espero, esto es realmente frustrante pero la excitación por lo desconocido me abruma la cabeza, me sentía como una chica nueva.

De camino a mi habitación la cual compartía con mi nueva hermana, iba pensando en la apariencia de Isaac, sé que ahora es mi "padre" pero su aspecto sigue siendo escalofriante, no sé cuál sea realmente su personalidad pero lo que realmente se es que Ellen no es una mala persona se nota que es muy alegre y de buenos sentimientos, sé que con ella podré llevarme bien, mis pensamientos se iban haciendo como un laberito que no tenía fin, una cosa llevaba a la otra y bueno nunca iba a acabar de pensar infinitos acontecimientos que aún no he experimentado con mi nueva familia.

Una vez fuera de mi dormitorio sentí algo frío sobre mi mejillas, me di cuenta que estaba llorando pero no tenía idea si era de alegría o podría ser de temor, estaba muy confundida, abrí la puerta y vi una serie de maletas con colores muy llamativos.

-¿Tu hiciste esto?- le dije a Jane señalando las maletas.
-Sí, tardaste horas caminando hacia acá así que me tomé la libertad de hacer tu maleta y la mía, ya estamos listas.

Cada quién agarró sus maletas y salimos de la habitación, ella se veía realmente emocionada en cambio yo me sentía con un mal presentimiento, siempre he admirado su optimismo, ya que el mío es muy patético.

Al fondo del pasillo vi salir a Ellen de la oficina, la señorita Trinity salió detrás de ella, corrió hacia Jane la abrazó como nunca lo había hecho e igual lo hizo conmigo nos despedimos de ella con mucha tristeza, Isaac ya estaba en el auto esperándonos tan silencioso como en los últimas horas.
El camino a mi nueva casa fué realmente largo, de repente sonó una de las canciones que más amo escuchar y empecé a tararearla como de costumbre, Jane venía dormida, en cambio yo me sentía más despierta que nunca, esa canción hacía que mi mente me arrastrara al mar de pensamientos que tenía dentro de mi cabeza.

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