El vecino

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Llegamos a una enorme casa azul claro con ventanales gigantes, puertas talladas y con un patio perfectamente podado, ¿era esta mi nueva casa?

Pues al parecer sí.

Bajé del auto y caminé para adentrarme a explorarla pero percaté una mirada penetrante que me observaba a lo lejos muy fijamente, él tenía el cabello corto de un asombroso color negro, su piel era aperlada, tenía musculos pero no muy ejercitados, era alto, considerando mi estatura el era más grande que yo,sus ojos eran de color almendra, una mirada con esos ojos era como un tiro al corazón, lo saludé pero el no parecía percatarse de que yo le hablaba me ignoraba por completo.

Vaya no es de una actitud amigable. Genial.

Iba llegando y mis vecinos parecían odiarme. Alado de el había otro chico de aspecto más simpático, el era un pelirrojo natural se notaba bastante, eran casi de la misma altura pero mis ojos solo podían obsevar aquel chico de cabellera negra, es increíblemente apuesto pero mis mirada no podían apartarse de el por el hecho de que fuera guapo, mas bien era por como me observaba con aquel odio tan repentino.
Jane siempre ha sido más atrevida que yo y sin dudarlo corrió hacia los vecinos arrastrandome con ella.
¿Qué no veía lo horrible que me observaba aquel chico? Una vez ahí se presentó con ellos, no presté atención estaba nerviosa, volteé a ver otra parte no podía ver aquellos ojos, simplemente no podía, decidí caminar hacía la casa sin decir una sola palabra, el no merecía nada de mí.

-Has sido muy grosera- replicó Jane
-No tengo porque hablar con ellos, es más ni los conozco.
-Pues te haría bien hacer un poco de amigos Asd.

¿Amigos? Yo me iba a acercar a aquel psicópata que ni me conoce, no sabe como soy apenas iba llegando aquí, por lo que veo no es un buen anfitrion, no puedo torturarme por alguien sin importancia con todo este asunto no me había dado cuenta que me encontraba sentada en un mueble de esa lujosa casa, todo era precioso el cuarto estaba pintado de color rojo vino con un aspecto medieval, Isaac entro a la sala y se acercó a mi eso fué algo realmente extraño.

-Ven conmigo iremos a escoger tu habitación hay tres en la casa te daré la libertad de escoger la que desees- dijo con cienta amabilidad.
-Ok

Caminamos escaleras arriba, el camino fué demasiado silencioso, el era tan sigiloso...
Su voz interrumpió mis pensamientos.
Había tres habitaciones a lo largo de un pasillo, me gustaba la última que estaba al fondo, tenía un ambiente más rústico y cálido ya que aquí en Tenesse hace demasiado frío en estos días, dejé mis maletas y empecé a desempaquetar.

Mis ojos no creían lo que veían en la ventana de enfrente la cuál quedaba pegada a la mía estaba él, el misterioso chico que me odiaba sin razón alguna, ¿enserio? ¿él? Carajo.
Ahora tenía que soportarlo hasta en mi propia habitación. La idea de cambiar de cuarto era tentadora y como era de pensar me dejé llevar por ella.
Bajé las escaleras en tiempo récord y entré en la cocina.

-Emm Ellen?- dije un poco agitada
-Qué pasa cariño.
-¿Puedo cambiar mi habitación?
-Me encantaría pero Jane ya ocupó la otra y dudo que te la quiera dar, ya la conoces.
-Oh bueno está bien como quiera gracias, iré a desempaquetar.

Siendo sincera no quería ni entrar a mi habitación si el estaba ahí. Por lo menos tiene cortinas pero no ayudaban mucho, subí peresozanemte y observé por un filo de la ventana a ver si el seguía ahí, pero no, él ya se había ido.
Terminé de acomodar cada ropa en su sitio, ya era muy noche, me fijé en la hora y eran exactamente las 12:30 de la noche, pero no tenía ni un poco de sueño todo esto de la adopción era algo muy nuevo para mi, tenía tantas cosas que pensar y no sabía por donde empezar, salí de mi habitación para ir por un poco de agua me senté en la sala que tenía una ventana con vista a la calle.

De afuera se oían unas voces realmente enojadas me levanté de donde estaba y  observé a mi vecino con una chica al parecer estaban peleando o al menos ella ya que él se veía muy divertido, creo que estaba pasado de copas, me acerqué más a la ventana para ver bien me sentía como la típica norteamericana chismosa al ponerme cerca de la ventana tropecé con una mesa que tenía una botella de vino, alcance a cojer la botella pero la mesa causó ruido, en ese momento el volteó a verme y su divertida expresión que tenía se volvió sería y distante, lo miré con mala cara devolviendole su mal humor él se subió a su moto y se fué, enserio que los cambios de humor de ese chico me daban dolor de cabeza.

Pasé al cuarto de Jane y ella estaba sentada viendo una película en su televisión me sorprendió verle despierta ya que siempre duerme temprano, me metí a su cama sin que ella articulara alguna palabra, su temor era mañana ya que sería nuestro primer día de escuela, nunca habíamos ido a una escuela donde no conocieramos a nadie, eso es frustrante o al menos para mí. Sería un día largo y no quería dormir en esa habitación donde todo estaba obscuro y callado.

Incógnita Donde viven las historias. Descúbrelo ahora