Sobrenatural

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La mañana estaba más helada que otros días, me levanté haciendo un esfuerzo sobrehumano y prácticamente me arrastre hacia la ventana, necesitaba de aire fresco ya que la noche anterior había sido un poco dramática, ¿Donde está mi hermana? Me dolió la cabeza de tanto tratar de recordar con exactitud los sucesos de anoche, pero por más que trataba solo tenía algunas visualizaciones muy borrosas. El aire que entraba de mi ventana cesó repentinamente para que un intenso calor empezara a arder en la habitación, sentia cada vena de mi cuerpo arder, corrí a la puerta pero la perilla estaba en llamas lo que provocó que me quemara la mano, depronto todo calor terminó y el ambiente estaba templado una ligera capa de sudor en mi frente me hizo darme cuenta del esfuerzo que había echo, mi mano estaba apunto de sangrar por lo caliente de la perilla me acerqué lentamente a la puerta pero esta vez se encontraba normal era como si todo lo que hubiera pasado no existiera lo cual me hacía sentir fuera de lugar.

-Asd, tenemos que hablar- sonó una voz ronca al fondo de el pasillo que condice al corredor de la casa.
- Bien.

Caminé sigilosamente al corredor, lo primero que mis ojos captaron fueron a Ellen, tan hermosa como siempre, por impulso corrí a abrazarla y a decirle lo mucho que la echaba de menos, ella me correspondió al instante después de varios minutos alguien carraspeo, mi madre se acomodó en su lugar y me apartó de ella.

-Cuéntame ¿porque golpeaste a Ethan?
-Es una historia muy larga mamá, el se lo buscó
-No creo que nadie se merezca que le dejen tres costillas rotas
-Pues créeme que el sí, ¿como sabes todo eso?
-El me dijo, y más vale que vayas puliendo tus técnicas de masacre porque si no mal recuerdas la escuela tiene cámaras de seguridad
-Carajo-dije en voz baja
-Pero no te preocupes por ello, Ethan como pudo borró las grabaciones creo que le debes una disculpa a ese pobre chico
-No me disculpare con él, ni con nadie
-Deja de ser tan grosera Astrid
-Y tu deja de estar de su lado mamá, el no merece una disculpa de nadie ¿si? Ya lo saqué de mi vida así como él me sacó de la suya.
-Eres tan necia- y fueron las últimas palabras de mi madre

Salí a la calle a despejarme, el aire fresco será un buen aliado para bajar la rabia que siento, me siento frustaba, enojada y sobre todo tenía miedo ¿que me está pasando? ¿quien me está buscando? Debería decirselo a mis padres pero soy demasiado orgullosa como para ir a verlos en este intante, las lágrimas empezaron a recorrer mis mejillas, quiero mi vida de antes en el orfanato todos era más fácil, todo era más tranquilo y Pacífico.

-¿Que tienes?- preguntó una voz familiar
-¿No deberías de odiarme por romperle tres costillas a tu hermano?
-El odio es un sentimiento muy oscuro, además ya se lo merecía.
-En verdad que se lo merecía
-Bueno, cuéntame ¿que te hizo?
-Me echó como basura cuando fui a verlo, me dijo que era mi culpa averlo involucrado en mi vida.
-¿Cuando te nos apareciste en Seattle? Sin duda se espanto, pero no para mal Asd, el solo quiere cuidarte de todo mal.
-Si supiera todo lo malo que me está pasando
-¿Cómo?-se veía preocupación en su rostro
-He estado teniendo un acosador anónimo, suele dejarme notitas amarillas justo en lugares por donde voy a pasar, e inclusive una vez me dejó un celular debajo de mi cama con las siglas S.S.P.

No sabía como describir la expresión de Rogelio, creo que estaba furioso pero a la vez tenía preocupación.

-¿Que tan seguido ha estado pasando?
-Solo he recibido dos, ayer fue la última, nose como se enteró que yo llamé a la policía.
-Deberías de cuidarte más Asd, no andes sola por la calle si piensas que alguien te acosa.
-Gracias por escucharme
-Gracias a ti por contarme
Se levantó y sin más entró en su casa.

La noche caía y el remordimiento por Ethan crecia ¿deberia verlo? Supongo que sí, pero no lo merece.
Me quedé viendo la calle donde noté a una persona que se acercaba, su fisonomía era familiar, sí era Noé.

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