¿Qué sentido tiene la vida? Es lo que me he preguntado mil veces y, cada vez que encuentro la respuesta, cambia la pregunta. ¿Moriré? Algún día, supongo.
Pero, ¿moriré en los juegos?
Es la pregunta que llevo haciéndome desde que soy consciente de que los días pasan, de que el hecho de que podría morir es inevitable.
Qué mierda.
Aunque, teniendo en cuenta que la mayoría de los que mueren son los que tienen dones, supongo que no debería de preocuparme. Supongo.
Oigo llamar a la puerta y sé que Matthew ha vuelto a avisar a mi padre de que, si no paga la deuda que debe, nos quitarán la casa. Bajo al salón principal sólo para enterarme de alguna novedad. Ya ves, soy una cotilla.
-Señor Gray-dice con voz melosa.-De verdad que no puedo permitirme más tiempo de espera. Si no paga inmediatamente, me temo que procederemos a desahuciarles.
-Por favor, lo que nos da la tienda no es suficiente para vivir, ¡no va a serlo para pagar eso!-exclama mi padre, exasperado.
-Aunque...-comienza Matthew, fijando su hundida mirada en mí.- Quizás exista una solución...-se rasca la barbilla teatralmente y me empieza a apetecer darle una patada en su bonita ropa cara.-Si su hija quedara en un buen puesto en los juegos, la deuda se le podría llegar a perdonar.
Mi padre me mira un instante, formando una única palabra con los labios: «No.»
Sin embargo, asiento de forma mecánica. Haría cualquier cosa por evitar que nos quitaran el único hogar que he conocido nunca.
Mi padre continúa tratando de negarse, pero yo le ignoro y tomo aire.
-Voy a intentar obtener la mejor puntuación posible en todas las pruebas-digo casi sin pensarlo.-Si es la única forma de...
-Ayla-comienza mi padre despacio.-No puedes...por favor...
-Sí que puedo.-Replico.-Soy yo la que participa, no tú.
Sin embargo, aún continúa quejándose y titubeando.
Matthews me dirige una fría sonrisa.
-Bueno, he de volver a Palacio-comenta.-Haré lo posible por aplazar el desahucio hasta después de los juegos. Mucho ánimo, Ayla.
-¿Vas a intentar ganar?-pregunta Ty con un hilo de voz.-¿Por nosotros?
-No hay ganadores.-Le explico.-Sólo gente más fuerte. A esos los premian. Y tengo que ser una de ellos.
Como ninguno de nosotros parece muy convencido de que lo consiga (excepto Ty, él se cree que puedo hacer cualquier cosa) decido volver a encerrarme en mi habitación, desde la cual puedo ver el bonito palacio que me encantaría bombardear.
Nuestra sociedad ha estado siempre bajo la merced de la tiranía de la dinastía de los Castair. Los odio.
Nos obligan a todos los jóvenes de dieciséis años a participar en esa maldita competición para que todos los que poseen ''poderes'' mueran. Muy inteligente todo.
Aunque yo sé que ellos sólo tienen miedo. Miedo de que los acaben derrocando. Sonrío fríamente mientras me imagino el palacio ardiendo.