-Capitulo 1-

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Oscuridad ,frío y desesperación. Era lo único que podía sentir y ver en aquella especie de jaula que no cesaba su traqueteo. No recordaba quien era ni cómo había llegado allí. Como en los sueños, en dónde pasan toda clase de cosas pero nunca sabes como has llegado. Tampoco recordaba quien eran mis padres ni si tenía hermanos o hermanas. Recordar, de eso trataba el asunto, sólo podía recordar una cosa, un nombre, aparentemente insignificante: Thanford. De repente el incesante movimiento de esa jaula cesó. De repente, una luz cegadora apareció de entre lo que parecían ser las puertas. Salí instantáneamente casi sin pensarlo y no me arrepentí. Pasé de ver oscuridad a ver una sala verde con una puerta y una lámpara muy potente. Sentado en una silla salgo de esa terrible prisión en movimiento mientras oía una voz que parecía de uno de esos muñecos diabólicos que sale en las películas de miedo que me susurra:

-Bienvenido a un lugar donde no podrás escapar aunque impongas máxima resistencia.

Intentando escapar de esa silla de ruedas, aún paralizado por el miedo, me coloca la luz en la cara. La sombra de ese personaje iba desapareciendo y se le empezaba a ver la cara. Era un hombre alto con una cicatriz en una ceja y una máquina extraña sustituyendo su ojo.
Su rostro de loco al acercarse a mi cambió a una mirada maligna. Me empezó a tocar por todos los lados, hasta que me exclama:

-Dónde lo tienes, ¡dónde está!

Con una cara rara le miré sin hablar.
No sabía que estaba buscando con tanto aprecio dentro de mi.

El malvado personaje, le estuve mirando durante un rato y seguidamente le dije:

-Esta en la jaula

Así que el hombre fue hacia la jaula y entró sin pensárselo. Rápido como un rayo cojí la lampara i la coloque entre los pomos de las puertas, encerrando al hombre en su jaula.
Cuando el hombre se dio cuenta, empezó a golpear las puertas metálicas y a gritar como loco. Como pude empecé a correr lo más rápido posible sin rumbo cualquiera.
Al salir de esa habitación verde, me encontré a un hombre gigante y musculoso que me empezó a perseguir. Corría como si no hubiese un mañana y me puse en una especie de ascensor pequeño y el me dejó de perseguir.
¿Que se supone que quieren de mi esos monstruos con apariencia humana?
Empezó a subir el ascensor y me llevó a una especie de cocina donde allí me estaría esperando un especie de científico sin camiseta ni pelo, delgado y también era alto.
En un abrir y cerrar de ojos, el hombre me dio un golpe fuerte en la cabeza con una pala y me despierto en una sala de operaciones atado.
A mi lado había una chica de pelos rubios y ojos rojizos con miedo a morir a manos de esos locos perturbados.
Oí un grito que iba de delante, y miré. Me arrepiento mucho de mirar, ya que lo que miré, era un chico atado en una cama con el mismo hombre que me saqueó a un lado suyo con una jeringuilla.
El chico que tenía aproximadamente 22 años, intentaba escaparse de ese loco pero antes de que lo hiciera, le inyectó la aguja en el brazo y de repente el pobre chico quedó dormido y un rato después, despertó el chico con cortes a todas partes derramando toda la sangre. El muchacho, dio sus últimas palabras diciendo porqué merezco esto si yo no hice nada.
El loco, gritando exclamó:

-Tu no eres, ¡dónde está el que lo tiene!

El Aberno De ThanfordDonde viven las historias. Descúbrelo ahora