-Capítulo 10-

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Intentando escapar con todas mis fuerzas que me quedaban, no pude, escuché una voz que me resultaba familiar:
- te besé lenta y suavemente, pensando que nada malo nos podría pasar acaricié tu rostro y te abracé dándote mi amor y calor. Nunca permitiría que nadie en el mundo te hiciera daño.
Yo cerré los ojos y noté que una suave brisa en mis labios y mi cabello se apartó suavemente de mi cara.
Intentando mirar al suelo, vi unas huellas que eran blancas como la nieve. De repente, las cuerdas de la cama en la cual estaba atada, se cortaron, y pude escapar arrastrándome. Seguí las huellas blancas las cuales dejó la misteriosa voz. Llegó un momento en cual las huellas desaparecieron misteriosamente delante de mi, y seguidamente escuché otra vez la misma voz de antes.
-¿Por que me sigues? ¿Que quieres de mi?
Rápidamente mirando a mi alrededor contesté que quien era y por qué me había salvado. El no me contestó. Noté la misma brisa tocando mi mano.
-¿Que te ha pasado?
Siguiendo sin saber dónde estaba, contesté, que un loco de este sitio me ató en una silla y seguidamente me los cortó. La brisa que antes noté, volvió de nuevo, y misteriosamente, los dedos volvían a aparecer.

El Aberno De ThanfordDonde viven las historias. Descúbrelo ahora