-Capitulo 4-

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Dedo tras dedo me estaba desapareciendo. Los gritos que daba y la sangre que derramaba eran las lágrimas que me caían de la cara. Oí un crujido pero no era de mis dedos, era el techo, que estaba a punto de caer. Al caer, se pudo ver una silueta con el cabello largo. Era la chica de cabellera rubia pero esta vez iba con una coleta de caballo y su ropa era negra, y, no estaba estropeada ni sucia como la que llevaba yo. Agarró la silla en la que estaba metido y me llevó lejos de ese humo que desprendía el polvo. Me llevó a una habitación de color blanco y con una cama. Me desató y observó mi mano sin dedos y también mis piernas que se veían los huesos de la rodilla.
Sin dudar, yo pregunté que pasaba, pero ella no me contestó. Se oyeron golpes en una puerta que había en la habitación. Nos habían encontrado.
Al tirar la puerta al suelo, apareció el mismo hombre desdentado que me golpeó las piernas y me llevó al corte de dedos.
Seguidamente, la mujer de ojos rojizos, me empezó a defender intentando recibir todos los golpes ella y no a mi. ¿Que esta pasando aquí? ¿Que soy yo?

El Aberno De ThanfordDonde viven las historias. Descúbrelo ahora