-Capítulo 14-

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Los golpes iban acelerando, y de golpe se abrió la puerta. Apareció un hombre rubio con ojos azules. Su ropa estaba rota, camisa blanca con tejanos negros, estaba estirado en el suelo, pidiendo ayuda.
De la nada aparecieron dos manos las cuales cogieron al chico que acababa de entrar.
La puerta seguía abierta, y se oían los gritos de ese muchacho. Parecian de horror y dolor pero es difícil contar lo que se oía.
Los médicos cerraron la puerta y dijeron al conductor que arrancara. Yo me volví a estirar en la camilla, y la ambulancia avanzó rápidamente, pero se oían unos golpes en el tejado. Al cabo de un rato los golpes pararon, se estaba en total silencio hasta que apareció clavadas, las mismas tijeras de las que me cortaron los dedos. Ahún había la sangre goteando de las tijeras.
Me desmaye, no recuerdo muy bien el por que pero se que no debia haberme desmayado.
Tardé unos minutos en volver en mi, y en cuanto me desperté, la ambulancia estaba parada en medio del bosque. No había ningún medico a mi alrededor, la ambulancia estaba en mal estado, así que salí.
Vi que empezó a salir humo de ella, así que corrí. Llegue en un árbol muy raro, en él cual me escondi dentro para la explosión.
La ambulancia seguía sacando humo, pero no era un humo cualquiera, era un humo negro como la noche y brillante como la luz de la luna. Dentro de él vi una sombra que se movia.
Se veía perfectamente la capa o vestido roto, tenia garras horripilantes las cuales tocaban la ambulancia provocando un chirrido muy desagradable.
Una voz en el fondo se oía que decía
:- Nos volvemos a ver otra vez.
Yo seguía mirando hacia delante y vi que se me acercaba una persona. Llevaba una capa negra rota con capucha que no permitía ver su cara. Un vestido negro le cubría todo el cuerpo. Bajo sus pies, salia él mismo humo que le estaba rodeando a él. Cada vez se acercaba más, hasta que se paró delante mío.
Nos quedamos mirando unos segundos, y luego, vi que una de sus manos, se levantaba y sacaba sus largas uñas, y, con rabia, me las clavo en la barriga. Una y otra vez me las hiba clavando hasta que caí en el suelo moribunda.
Estirada, vi que esa especie de monstruo, hablaba con un medico.
Yo que ya veía borroso, apreciaba ver una cara que me resultaba familiar. Estaba delante mio, un ojo lo tenia robotizado, casi calvo, y, con una mirada la cual estaba mirando el mas allá. Note que me dio la vuelta, y me tocó la herida con sus mano, me puso los dedos dentro, y detrás me contestó:
-¿Que se siente notar tanto dolor?
Cada vez me hiba tocándome mas la herida, yo estaba gritando de dolor, hasta que el hombre que me estaba haciendo daño, voló por los aires, dejando un rastro de sangre por el suelo, seguidamente, escuché la misma voz que me besó, me dijo que si estaba bien, y le conteste que si.
Casi no podía levantarme, pero lo conseguí. Hiba cojeando hasta que llegué a un árbol retorzido, y me apoye en él.  No se como sobreviví a esta catástrofe, pero estaba asustada. Cerré los ojos y me dormí.

El Aberno De ThanfordDonde viven las historias. Descúbrelo ahora