-Capitulo 16-

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Aún ciega por el brillo de esa persona que apareció de la nada, y notando el abrazo cálido durante unos minutos, me aparté de el, me froté los ojos y lo miré.

- ¿Quien eres? ¿Que quieres de mi?. 

Confusa, el hombre solo sonrió. Solo duró unos segundos esa sonrisa ya que el loco, con las tijeras aun en la mano, las clavó en el vientre del hombre que apareció de ese brillo. Él, tosió y cayó de rodillas frente a mí, dejando un charco de sangre negra como la noche más oscura sin luna ni estrellas. Me miró y me agarró el brazo débilmente y, soltando sangre de la boca, sus ultimas palabras entre lágrimas fueron: 

"El....El es el que mató a tu madre.... Recuerda.... Éramos pequeños, estábamos en casa jugando..... Hasta que... Escuchamos un grito.... un grito que venía de la habitación de tus padres... Nos asomamos.... El me vio y...."

En ese entonces, el loco le cortó la palabra, y con una sonrisa esbozada en su cara, agarró unos cables que colgaban del techo mal construido y abandonado, y luego ahorcó al chico del sueño.

-Y desapareciste por siempre jamás. 

El loco, después de decir esa frase, soltó una gran carcajada, me miró y se acercó.

- Mi pequeña niña mocosa, te echamos de menos en casa, tu madre te espera.

En ese momento, el loco sacó una cabeza de lo que venía a ser un pequeño armario de hierro. La cabeza estaba podrida, se veían los huesos y algunos gusanos que se asomaban en los ojos. El pelo de la calavera era de un rubio platino, aún se mantenía el brillo del pelo y, al parecer, el loco maquillaba a la cabeza cadáver, ya que se le veía el pintalabios y la sombra de ojos. 

Yo solté un sofocante grito al ver esa calavera, y me acuerdo también que grité la palabra "mamá" al acercarme corriendo a ese loco para darle un golpe. Pero me frenó y apretó la mano hasta oírse crujidos de mis huesos y, mientras, soltaba más gritos esta vez de dolor. Por primera vez lloré. Lloré de tristeza al seguir recordando la escena.

"El chico de los ojos blancos y yo, nos asomamos en la habitación, el más que yo. Mi padre vio al chico y se acercó a el con una sonrisa de psicópata. Agarró del cuello al niño y lo levantó del suelo mientras reía. Yo, asustada, me alejé y escuché los mismos crujidos de los que mi mano estaba haciendo ahora, pero esta vez, era del cuello de mi mejor amigo Jay. Mi padre reía cada vez más fuerte mientras apretaba el cuello del niño. Hasta que no se escuchó nada más. Solo silencio, oscuridad, y sangre por todos lados. Yo vi la escena, asustada y poseída por el pánico, entré corriendo a la habitación de mis padres y, volví a ver otra escena del crimen. El cuerpo de mi madre desnuda encima la cama y, la cabeza clavada en la cabezera de la cama, y todo lleno de sangre. Más asustada, me quedé paralizada unos segundos que para mí fueron como años. Mi padre se acercaba a mí llamándome pequeña niña mocosa. reaccioné casi a tiempo de que mi padre me iba a cortar la cabeza como mamá, salí escopeteada de casa gritando -Mi padre esta loco y le sacó la cabeza a mamá-, de repente, todos los vecinos fueron hacia mí y vino la policía, cogiéndome por los hombros y me trajo hasta un coche de policía. Me cuidaron en un orfanato. Estuve allí hasta los 18 años, y me tuve que ir. Al cabo de unos meses, la policía me contrata para un trabajo especial. Tenía una sola misión: Encontrar a mi padre y matarlo."

Yo me alejaba como podía, buscando mi arma que, al parecer, no la tenia yo sino que estaba en la otra punta de la habitación escondida. Sólo se le veía el mango negro y rojo brillante. Era hora de actuar. Corrí al lado de mi padre para agarrar el arma y, al llegar, desapareció. 

El Aberno De ThanfordDonde viven las historias. Descúbrelo ahora