-Capitulo 17-

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Miré alrededor, estaba sola otra vez vez con mi arma. Se escuchaban risas en el fondo. Las puertas estaban cerradas aun. No tenía escapatoria ninguna. Las risas se escuchaban mas cerca, así que empecé a acercarme a la puerta para luego empezar a golpearla con mi guadaña, pero sin ningún éxito. La puerta no se rompía.

Las risas terminaron y un susurro se escuchó a mi oreja derecha. Un susurro grave y tenebroso, como el gruñido de un lobo enfurecido. Ese susurro me avisaba de mi final. Ese susurro me llevaba a la memoria mas profunda. Me llevaba a esa escena que quería olvidar.
«Mi padre en la habitación con mi madre, y estaban peleando. Se escuchaban gritos y yo estaba jugando en mi habitación con mis peluches favoritos los cuales eran un oso y un conejo y mi amigo Jay. Escuchamos los gritos de la pelea y decidimos acercarnos a intentar calmarlos. Mi padre nos vio y me agarró del brazo acercándome a él con una gran violencia que nunca le vi, mientras que agarraba a Jay del cuello, ahorcandolo. Estaban peleando mis padres. Mi madre le empezó a gritar ya asustada por ver la muerte de ese niño inocente "¡Suelta a la niña!" mientras se acercaba rápidamente hacia el padre para golpearle. En ese instante,  mi padre vió muy enojado a mi madre. Me miró a mi y sonrió sacando un cuchillo del bolsillo de su chaqueta. Mi madre calló y, con súplicas le pedía al padre que me soltara. Pero sin resultado. Me dió un fuerte golpe con el mango del cuchillo en la cabeza, haciendo que caiga inconsciente y mi madre suelte un gran grito. La pelea siguió, yo me levanté llena de sangre con la herida en la cabeza y confusa. Miré alrededor y vi a mi padre en una esquina de espaldas a mi, mientras reía lleno de sangre. A sus lados habían dos ríos de sangre y mis peluches al suelo, ya no eran del color original. Eran rojos a causa de de la sangre misteriosa. Yo me levanté muy débil, aun con la herida abierta en mi cabeza. Miré alrededor y vi el cuerpo desnudo de mi madre, atado en la cama, pero en lugar de la cabeza, estaba un poco cuchillo clavado y lleno de sangre y a su alrededor cabellos arrancados con trozos de piel pegados a esos. Al otro lado, estaba el cuerpo del niño, con la ropa rota pero no estaba desnudo. Tenia varias heridas y una en el estomago, la cual abría hasta abajo, dejando ver todas las entrañas de ese. Caí de esa cama asustada y me arrastré hacia donde estaba el padre riendo, parecía ser que también estaba llorando. Cuando llegué, mi padre se giró con una sonrisa de dientes tuercos llenos de sangre, sus ojos llenos de venas rojas y lágrimas mezcladas con sangre. "Ven aquí niña". Mi padre sacó el cuchillo con la mano izquierda, la cual estaba limpia mientras escondía la mano derecha. Me alejé hasta topar con la pared mas cercana, mientras mi padre se acercaba a mí. Él me mostró que en su mano derecha, tenia unos pelos marrones mezclados con la misma sangre que había en la habitación. Levantó mas la mano y se vio la cabeza ya sin vida de mi madre, llena de de sangre y con los ojos sin vida, blancos y sin expresión ninguna, y sangre brotando bajo su pálido y muerto cuello.  Me acercó la cabeza a mí,  dejando caer la sangre sobre mi cara, gota por gota me iba manchando mi rostro pálido cubierto de lágrimas cristalinas. Me levanté rápidamente y, corriendo, salí de casa mié tras mi padre me perseguía tirándome sillas, cuchillos, todo lo que encontraba en su camino. Llegué a afuera, bloqueé la puerta y pedí ayuda.»

"Ven aquí niña" Volvía a repetir ese loco. Me dió un escalofrío al escuchar ese susurro tan grave. Una forma afilada rozaba mi espalda lentamente, hasta que llegué a notar una aguja clavándose en mi nuca, notando fluir un nuevo liquido dentro de mi. Estaba frio y, cada vez se expandía mas hasta que no me contuve en pie y caí al suelo

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⏰ Última actualización: Apr 29, 2019 ⏰

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