La Señal Oscura

143 7 0
                                    

Me voy incorporando hasta que logro ponerme en pie, renovado, con fuerza, revitalizado. Efectivamente, la marca de mis costillas... 

¿A esto estamos condenados? ¿Morir hasta rendirnos, hasta perder la cordura? En este mundo no hay muerte... O quizás si la hay. Quizá hay demasiada muerte, capaz de nublar a las personas, borrando sus objetivos, cegándolos de aquello que aman. La Maldición, te da, y a la vez te quita la vida. He visto hijos acuchillando a sus padres a sangre fría, he contemplado aprendices de pirománticos, volverse en contra de sus maestros... Adueñados por su condición de no muertos... Convertidos en Hueco. ¿Y yo? No, yo no... Yo no soy un Hueco, al menos, no del todo... Debo regresar a Lordran. Si me quedo aquí parado, estoy dándome por vencido, dejando que la Señal Oscura se apodere de mí. ¡No! 

Con la energía recuperada gracias a la hoguera, me abalanzo sobre la puerta. Ahí esta, enganchado a su martillo. Carga el ataque hacia mí, yo ruedo hacia las vasijas rezando porque esta vez no me alcance, y tras romper algunas de ellas descubro el umbral de una puerta. Sin dudar ni un segundo, me resguardo en ese pasillo, donde sus golpes no me alcanzan; no tengo tiempo para arrepentirme, porque unas rejas cierran el paso al atrio. De nuevo otros barrotes me separan de un Demonio. Ahora espero que lo siguiente, no sea peor que uno de estos...

Dark SoulsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora