Capítulo 2

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Narra Alison

Estoy desayunando mi desayuno favorito, huevos con tostadas y café, pero me estoy obligando a comerlo por primera vez. Me sentía un poco nerviosa, lo que provocaba un hueco en el centro de mi estómago y por alguna razón me quitaba el hambre. Hoy cumplo mis 18 años y hemos esperado este momento por mucho tiempo, en especial yo. Mis papás me limitan a muchas cosas y su excusa siempre ha sido "cuando cumplas 18 podrás hacer lo que quieras y tomar tus decisiones" aunque estoy consiente de que tal vez sean falacias y esa oración cambie a "cuando tengas 21 años podrás hacer lo que quieras y tomar tus decisiones" pero al menos podría defender mi palabra un poco mejor. Mis papás esperaban esta edad, por que ya podría aprender e incluso estar involucrada en algunas cosas de la empresa más a fondo, ya que al ser hija única, paso a heredar todo.

-Mamá: Alison, ayúdame con las mesas por favor y dile a tu padre que si ya llamó a la abuela- Me grita desde el patio trasero. Aproveché y tomé eso como una gran excusa para no seguir comiendo mi desayuno, así que dejando mi desayuno a mitad, me levanté y salí de la cocina para subir las escaleras, haciendo que me encuentre con papá.

-Papá: Pero mira quien esta aquí ¡mi princesa!- Por el aspecto que llevaba papá, puedo decir que recién se levantaba. Yo solo sonríe y subí los escalones que faltaban para llegar donde él. Le di un beso y un abrazo.

-Alison: Papá, mamá me mandó a decirte que si llamaste a la abuela.- El se queda pensativo y apuesto mil dólares a que no lo hizo.

-Papá: Mier...coles, no. Lo he olvidado.- Se los dije. El se volteó de inmediato y salió corriendo hacía la habitación de el. Cuando seguí subiendo los últimos escalones, papá se detiene y corre de espalda hacía mí.- ¡Feliz cumpleaños mi amor!.- Me da un beso en la frente y sigue su corrida al cuarto. Yo con una sonrisa de oreja a oreja, fui a mi cuarto y comencé a buscar mis chanclas para ir al jardín ayudar a mamá. Claro, no podía faltar el "¿donde demonios dejé mis chanclas?" por que si no, dejaba de ser yo. Mientras buscaba en todos los lugares posibles donde pude haber dejado las chanclas, escuché la voz de Isabella.

-Isabella: Buenos días señora, ¿cómo estás?- En mi último intento de buscar mis chancletas bajo la cama, de la emoción me levanté bruscamente y me di en la cabeza con el tablero donde tengo todos mis logros(medallas, reconocimientos, trofeos, etc)

-Alison: ¡DEMONIOS!- Dije gritado mientras me tocaba el área donde me dolía. Miré por la ventana e Isabella estaba saludando a mamá. En sus manos tenía una caja que a bastante distancia podía ver que brillaba cada vez que los rayos del sol le daba, tanto, que entraban a través de la ventana algunos reflejos. Era de color azul brillante y un lazo de sinta adhesiva color azul pastel. Aparté la mirada y seguí buscando las chancletas con más ganas para poder salir. Busqué en el baño, pero no había nada. Ya me estaba desesperando, así que cogí los primeros zapatos que vi y salí de inmediato. Bajé las escaleras y justo cuando ya iba directo para el patio, Isabella ya venía. Solo corrimos un poco ambas y nos dimos un gran abrazo.

-Isabella: ¡Felicidades fea!- me alzó y me dio varias vueltas.

-Alison: ¡Suéltame!- le digo en forma de broma, pero a la vez en serio. Ella sabe que no me gusta que me hagan ese tipo de cosas. Me mareo súper rápido y esa es la sensación que no me gusta sentir. Luego de varios segundos, me soltó. Yo intentaba balancearme, pero se me hacía un poco difícil. Ella no paraba de reírse.

-Isabella: Es gracioso ¿sabes?- Tomo mi mano y me sentó en el sofá.

-Alison: Aveces te odio ¿sabes?- Intentaba mirarla, pero solo lograba ver clones de ellas dando vueltas. Me parecía gracioso, pero no me gustaba sentirme así. Cerré los ojos y esperé a calmarme. Segundos después abrí los ojos e Isabella tenía literalmente el regalo en mi cara.

-Isabella: Esto es para ti, solo espero que te guste.- Estaba con una sonrisa de oreja a oreja y se lanzó a mi para abrazarme.

-Alison: Espérate, espérate. Déjame abrirlo tonta.- Decía mientras la sacaba de encima de mí. Me acomodé en el sofá y comencé abrir la pequeña caja que ella me dió con mucha delicadeza  Isabella estaba ansiosa por que la abriera. Cuando lo hice, estaba en un constante "miro a Bella, miro el regalo, miro a Bella, miro el regalo". Se me aguaron los ojos y la abracé.

-Isabella: Escogí estos colores por que uno es tú favorito y el otro es el mío, así siempre sentirás que ando contigo.- Yo solo la abracé más fuerte y comenzaron a salir las lágrimas más de prisa.- Ay! no llores tonta- Dice mientras me aparta de ella y me limpia las lágrimas.

-Alison: ¡Wow! esto es lo más lindo que me han regalo, muchas gracias Bella. Me encantó. ¿Me harías el favor de ponérmelo?- Era un collar muy delicado. Es en color oro, pero llevaba dos pequeños corazones, uno es color amarillo y el otro azul cielo, pero a su vez tenían una capa como en torna sol. Les juro que es muy bonito.

-Isabella: Listo, te queda hermoso.- Me volteé y me acomodé el pelo. No paraba de mirarla con una sonrisa.

-Alison: ¡Gracias! te quiero tanto- La abracé por última vez.

-Isabella: ¡Ay, ya deja tonta! que entonces me harás llorar a mí. Ya te dejo para que te pongas más hermosa.- Se levantó del sofá y se fue, pero antes de que lo hiciera, yo la detuve cogiéndola del brazo.

-Alison: ¿A donde vas?- Dije como si no supiera lo que iba hacer.

-Isabella: Ya sabes, toca cocina- Decía sonriendo.

-Alison: No, hoy no vas a trabajar. Ya mamá lo sabe y no hay ningún problema, así que vas a mover ese trasero, pero a mi habitación.- Isabella y su mamá son las que ayudan en la casa con los quehaceres. Son las "sirvientas" que para ser honesta no me gusta llamarlas así, siento que las llamo "esclavas" cuando ellas aquí son las más consentidas. Desde que tengo memoria, se de la existencia de ellas y para ser honesta, veo a Isabella como una hermana y papá siempre las trata como de la familia.

-Isabella: Oye Ali, muchas gracias, pero no te lo puedo aceptar. No quiero dejar a mamá sola- Su voz se escuchaba algo temblorosa y su mirada no paraba de reflejar lo mal que se sentía.

-Alison: Bella, tú mamá tampoco trabajará hoy. Quiero que estén conmigo en el día más especial ¿vale?.- Estiré mis dos manos para que ella las sostuviera.- Ustedes son parte de la familia y la familias celebran juntas.

-Isabella: Eres tan increíble Alison- Su voz y su rostro cambió completamente. En serio que las necesitaba conmigo en la fiesta.

-Alison: Anda, vamos a subir para arreglarnos. Tú mamá ya debe estar terminando.-Nos paramos del sofá y subimos las escaleras para ir a la habitación.

Siempre será el mismo camino[editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora