11 años atrás (Narra Alison)
Era época de navidad y estaba muy ansiosa por saber que Santa iba a regalarme, aunque... supusiera el secreto de que Santa no existe, me era emocionante ver como mis papás fingían que existía Santa Clous. Papá estaba trabajando sus últimas horas antes de tomar sus dos semanas de vacaciones navideñas. Lo que significa, que como de costumbre, iba frente a la ventana a esperar que llegara. Estaba nevando y amaba la caída de la nieve, eso hacía que la espera fuera menos aburrida. Comencé a suspirar en la ventana y hacer dibujos cada vez que se empañaba el cristal. De repente suena el celular de mamá.
-Mamá: Hola cariño... ¿todo bien?... bueno, esta bien, te amo!... mucho cuidado- Aunque mamá intentara hablar en voz baja, lograba escucharla. Estaba terminando mi carita feliz, cuando mamá se me acerca.- Ven, papá vendrá más tarde, se le complicaron las cosas en el trabajo.
-Alison: Pero mañana es navidad ¿y la cena de hoy?- Comencé a sentirme un poco triste a pesar de que entendía la situación.
-Mamá: Vamos a cenar, te prometo que cuando despiertes, papá estará aquí.- Tenía el don de convencer a cualquier persona con su dulce voz. Cenamos y como siempre, fue divertido. Mamá hacía muchos chistes y siempre preparaba un postre secreto, era mi parte favorita de la cena. Cuando terminamos, quise ayudar a mamá a fregar todo aunque estuviera trepada en una silla por que no alcanzaba. Mamá comenzó a mojarme un poco y yo con la espuma, le hacía diseños en la cara. Así estuvimos un largo rato, pero papá nunca llegó. Me fui a mi habitación a esperarlo, pero en la espera mamá y yo nos quedamos dormidas.
Narra Dylan Smith
Cuando voy camino a casa, intentaba mantener los ojos en la carretera y concentrarme en mantenerme despierto. Había una fuerte nevada, no veía mucho el camino y para acabar de completar, no me aguantaba el sueño. Faltando unos minutos para llegar a casa, inconscientemente me quedé dormido y desperté de inmediato al escuchar como me tocaban bocina a causa de que me estaba yendo al carril contrario. Así que para despertar un poco y evitar otro susto, me detuvo en la primera gasolinera que vi para comprar un energizarte. Cuando salí, escuché un llanto de una niña. Miré para todos los lados en busca del llanto, pero no vi nadie. Supuse que ya estaba alucinando, el sueño comenzaba a ser más pesado así que no le presté atención. Me subo al auto y el llanto fue más fuerte, cuando enciendo las luces del auto, había un pequeño parque en frente. No pude contener las ganas de verificar y ver que estaba pasando, me bajé del auto, cerré la puerta y me dirigía al parque. Cuando me estoy acercando a los toboganes, veo a una mujer tratando de calmar a su niña.
-Dylan: ¿Que haces aquí a estas horas y bajo esta nevada? la niña puede enfermarse.- Intentaba ver el rostro de la mujer, pero aún el energizarte no hacía efecto. Me esforzaba demasiado en mantenerme parado y con los ojos abiertos.
-La mujer: ¿Dylan?- La mujer se paró del asombro y me abrazó. Yo sin saber que estaba ocurriendo la aparte de mí e intentaba esforzarme un poco más para verla bien. Solo veía borroso.
-Dylan: ¿Te conozco?- Dije algo confundido.
-La mujer: Si, soy yo, Samantha- Cuando escuché su nombre, mi mundo por un momento se detuvo. Los segundos pasaban y sentía que todo estaba paralizado. Ni por un momento podía procesar lo que estaba sucediendo. Samantha en algún momento fue el amor de mi vida, hacen 7 años atrás. Teníamos muchos planes juntos, pero mi padre, que en paz descanse, ya tenía unos planes para mí y claramente, Samantha no estaba en ellos. Ella podía ser perfecta, pero si no venía de una familia de dinero, mi padre no la aceptaba. Y así fue, cuando la conocieron que supieron quien era en realidad, mi padre prosiguió con su idea. Un matrimonio arreglado, que es Celine, la madre de Isabella. A pesar de que fue un matrimonio arreglado, con el tiempo supe como amarla y no lo puedo negar, soy totalmente feliz a su lado.
-Dylan: No lo puedo creer, en serio ¿que haces aquí?- La abracé nuevamente, sentí que se me reinicio la vida. La última vez que nos vimos, no tuvimos tiempo de despedirnos, papá no me dejó verla y nosotros nos fuimos de la ciudad.
-Samantha: Me alegra verte nuevamente, he anhelado este momento por años.
-Dylan: Lo siento, lo siento, lo siento- No paraba de repetirlo una y otra vez. Cada vez que lo decía, mejor me sentía.- Dime, ¿que hacen aquí?- volví a preguntar.
-Samantha: La persona con la que estaba viviendo, lo encontré en nuestra cama con otra mujer. No quise volver allí, pero creo que cometí un error por que ahora no sé donde ir.- La niña comienza a llorar.
-Dylan: ¿la niña es de él?- Samantha se quedó callada unos segundos y notaba que no sabía como decirme lo que tenía pensando.- ¿Todo bien?- Ella solo me dijo que sí con su cabeza.
-Samantha: Si, es de él- Dijo dudosa.
-Dylan: No puedo creerlo, es que si lo tengo de frente va a saber lo que es un hombre de verdad ¿cuantos años tiene?- Dije mientras le ponía mi abrigo.
-Samantha: 6 años- Yo la miré y la miré a ella.
-Dylan: Es muy bonita, mi hija también tiene 6 años, pero te sigo contando en el carro, vengan. Las llevaré a casa.
-Samantha: No, no quiero ser una carga de verdad. Yo me las resuelvo.
-Dylan: Ven, por favor, después de todo te lo debo.- Ella se me quedó mirando y tomó el bulto que llevaba con ella. Yo cogí a la niña. Camino a casa, comenzamos a contarnos muchas cosas y a reírnos como locos aunque para ser honesto, sentía un poco tensa a Samantha.- ¿Sucede algo?- Dije con la esperanza de que me dijera por que estaba rara.
-Samantha: Acabo de encontrar a mi esposo con otra mujer en la cama ¿te parece poco?- Su voz parecía que quería llorar, así que quedé en silencio unos segundos sin saber que hacer, yo no entiendo mucho a las mujeres, tampoco se que quieren escuchar y que no, así que solo cambié el tema.
-Dylan: ¿Cómo se llama la nena?
-Samantha: Isabella- dijo mirando hacía el lado contrario donde yo estaba y noté cuando una lágrima bajó por sus mejillas. Yo solo le puse mi mano encima de su mano.
-Dylan: Todo estará bien Sam, confía. Yo me encargaré de cuidarlas a ustedes y haré que el pague por lo que hizo.- No hubo respuesta de Samantha, pero no aguantó las ganas de llorar. Yo solo le di su espacio y me quedé callado. Luego de unos segundos Samantha rompe el silencio.
-Samantha: Estuve meses llorándote, te envié cartas, te llamaba y nunca, pero nunca apareciste luego de esa noche.- Se escuchaba tan dolida que yo comenzaba a sentirme mal nuevamente.
-Dylan: No fue mi culpa Sam, luego de esa noche mi papá quise irse de la ciudad, le rogué para verte por última vez y despedirme de ti, pero nadie lo hacía cambiar de opinión. Tú más que nadie lo conoces y sabes perfectamente que nunca te hubiera dejado.
-Samantha: ¿no me pudiste escribir? sabías donde yo vivía ¿sabes cuantas veces pensé que solo querías acostarte conmigo y ya? me sentía mediocre.- Ella ni un solo segundo dejó de mirarme.
-Dylan: No, no Samantha. No confundas las cosas, para mí esa noche fue especial, no hubo ni un momento en el que no dejara de pensar en ti. Sabías perfectamente que te amaba. Si no te escribí fue por que justo cuando llegamos a la otra ciudad, una semana después, papá me obligó a casarme.- Hubo otro gran silencio y luego de unos minutos, nuevamente ella lo rompió.
-Samantha: Lo siento, todo pasó tan rápido.-Nuevamente le puse mi mano encima de su mano.
-Dylan: Lo siento Sam, por hacerte tanto daño, me hubiera encantado que las cosas fueran diferentes.- Ella no volvió a decir una palabra luego de haberme sonreído.
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Siempre será el mismo camino[editando]
Novela JuvenilLa vida parece que te da la espalda en algunas ocasiones, pero no, es simplemente que has tomado decisiones que no están a tú favor solo por no saber como manejar lo que sientes, pero cuando la vida diga voltearse, te dará una cachetada tan duro que...