Un adorable niño de mejilla blancas jugaba en el jardín con su hermano mayor. Aquel niño rebotaba en un pequeño charco de agua mientras se alzaba las enaguas de su camison blanco, esperando que así no se mojara.
El Rey observaba como sus hijos jugaban entre risas y brincos de aquí para allá. Su primogénito, aquel niño de ojos afiliados y mirada penetrante, pero de una sonrisa cálida, apenas era un jovencito de once años. Y su hijo mejor, aquel niño de menuda figura y ojos grandes, apenas contaba con ocho años.
MyungSoo y KyungSoo eran los nombres de los Príncipes. El mayor, MyungSoo, era quien heredaria el trono. Había sido criado cómo una persona noble, pero fuerte y rígido. Ya que tendría que cuidar al Reino de todo lo que aconteciera más adelante.
Pero había un pequeño detalle, MyungSoo era muy miedoso, y al Rey le preocupaba. Ya que su primogénito tenía una tarea aun mayor. La cual consistía en proteger a su hermano menor. MyungSoo era un poco torpe y le daba miedo arriesgarse, le tenía temor a muchas cosas y el Rey tenía mucha preocupación a aquello.
KyungSoo era vivarracho para su edad. Era demasiado impulsivo y el Rey temía a que aquel carácter atrajera a lo que había evitado por tanto tiempo. KyungSoo protegía mucho a MyungSoo, era como una madre para él a veces. La reina había muerto cinco años atrás y en cuanto KyungSoo comenzó a crecer, fue tomando ese rol. Al Rey no le gustaba que fuera demasiado sumiso, pero al parecer estaba en su naturaleza.
El Rey esperaría pacientemente a que MyungSoo fuera más valiente y capaz, para ser considerado digno para la corona. También esperaría a que KyungSoo fuera reclamado por su pareja. Esperaba a que aquello fuera dentro de muchos años, no quería que sus hijos crecieran. Quería seguir viendolos correr de aquí allá entre risas y juegos.
Hacia siete años que aquel otro se había presentado. El símbolo de la bestia lo había atraído, aquel demonio se había querido robar a su hijo menor, cuando sólo tenía unos minutos de nacido.
Había sido algo difícil de sobre llevar, pero el Rey estaba confiando a que aquel no se iba a volver a acercar. El hechicero del reinó le había hecho una maldicion, en la cual había invocado un conjuro que decía que el demonio se quemaria vivo con poner siquiera un dedo en el territorio del Rey. Cualquier lago, colina, aldea... Etc, que el demonio intentará pisar y fuera territorio del Rey, moriría incinerado al instante.
El Rey estaba casi seguro que aquello lo mantendría alejado de el pequeño príncipe. La diosa de la Luna le había dado a su hijo una oportunidad para no ser corrompido. Aquella diosa lo había bendecido con la marca de la bestia, la cual lo purificaria en cuanto se uniera a su pareja.
Sólo que él no sospechaba que aquel conjuro no iba a ser impedimento para que el demonio tuviera al niño. Tenía un plan que había ideado por tantos años. Ese niño era el elegido.
(ㅂ.ㅂ)
-Ustedes no son almas gemelas. -Un joven alto de cabellos dorados le dio la triste noticia a la pareja que tenía justo en frente. -La diosa de la Luna así lo dicta.
Un chico de cabellos color chocolate miro con desespero a la persona con la que se había profesado amor tanto tiempo.
-Eso no esta bien, nosotros nos amamos -respondió otro chico de ojos pequeños.
-Eso no es amor -intervino otro tipo, este era de estatura media y mirada determinada. -Siempre lo han sabido. Van a saber lo que es amor cuando lo tengan enfrente. -afirmó mientras tomaba la mano del rubio que le dio a la pareja la triste noticia.
-Ustedes no saben nada -dijo furioso le chico de cabellos color chocolate.
-Tu tampoco lo sabes. Si la diosa así lo quiso, es porque así será. -escupió el rubio.
El de cabellos color chocolate se fue enojado de aquel lugar. Estaba seguro que aquel era su pareja, se habían amado por tanto tiempo. Pero la diosa no había querido que así fuera, ella decía que había alguien mas. Odiaba a su pareja pre destinada desde ese mismo instante. Le había robado toda su felicidad.
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Es una idea que no me eh sacado de la cabeza y algo me dice que tengo que escribirlo.
Lo haré de todos modos. Espero y llame su atención.
Gracias por leer ^^

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ROTTEN
FanfictionLa profecía decia que el Rey tendría un segundo hijo, el cual sería corrompido por un demonio. Y si el Príncipe llega a dar a luz al primogénito de aquel demonio... Será el principio del final de todo como hasta ahora lo conocemos. Pero cuando aquel...