XXI

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—¿Dónde te habías metido? —preguntó el hermoso príncipe mientras se colgaba del brazo de SeHun, o mejor dicho del brazo del demonio.

—Fui al baño, solo eso —respondió antes de tomar una mano del niño y besarla.

KyungSoo se puso de puntitas para poder tomar un mechón del cabello de SeHun. —Tu cabello, está de otro color —el niño asombrado comenzó a pasar sus dedos por la cabeza del mayor haciendo que este de inclinara un poco.

—¿En serio? —dijo mientras paseaba sus dedos por sus mechones.

—Hmmm —asintió el menor—. Es de un color más oscuro. Me gusta, te ves mayor y más guapo —sonrió el niño mientras lo tomaba de la mano— acompáñame aún lado.

KyungSoo comenzó a arrastrarlo lejos de el salón donde se encontraban, la fiesta en honor al joven príncipe aún no iniciaba. Lo guió por enormes pasillos hasta ir al fondo del palacio, se adentraron a un desocupado salón del té.

—Estoy excitado, mis pezones están tan duros que solo pensaba en incarme en medio del salón y bajarte los pantalones —siseo el menor mientras comenzaba a tocar la entrepierna del demonio.

El demonio sonrió de lado, aquel niño eran tan descarado y por fin se le haría probarlo, aún que su lado humano el cual era SeHun ya lo hubiera hecho. Quería que sus manos siguieran restregando su entre pierna. El demonio lo guió a una mesa donde horas antes le estaban sirviendo el té, lo depositó ahí mientras le desabrochaba sus camisón de seda con incrustaciones de oro y perlas.

Los rosados pezones del niño estaban erectos pidiendo ser reclamados por su lengua, se relamió los labios y se inclinó para mamar uno con desesperación.

—Mghhh! —gimió el niño cuando sintió aquella húmeda lengua hurgando sus pezones, encogió los dedos de los pies por tal sensación mientras encorvaba la espalda. Metió la mano en el pantalón de SeHun y comenzó a acariciar ese húmedo trozo de carne.

—Si sigues así no podré detenerme a poseerte.

—No estoy pidiendo que te detengas —KyungSoo lo alentó mientras se echaba para atrás y se abría de piernas. El bulto de su vientre no lo dejaba muy bien pero trato de seducirlo.

—Su majestad, por ahora solo confórmese con que le chupe estos lindos melocotones.

—No quiero. Te necesito dentro, por favor necesito que estés dentro de mi.

Eso no podía ser posible, si el demonio lo hacía podía matarlo junto con el bastardo que llevaba en las entrañas. Debía contenerse.

—No ahora —le dijo mientras le acomodaba el camisón.
 

👑👑👑

—Es aquí MinSeok Hyung.

—JongIn, puedo sentir a ChanYeol muy cerca.

—Yo también lo estoy sintiendo, y no sólo es eso —murmuró JongIn con preocupación.

Había tres presencias más la de ChanYeol, una era KyungSoo y la otra era Luhan. La otra era indescifrable, jamás había sentido esa presencia; sin embargo quien quiera que fuera desprendía maldad.

—Tu ve por él —le indicó MinSeok a JongIn—. Yo voy por Luhan.

—Hyung, ten mucho cuidado —MinSeok solo asintió y fue en otra dirección.

JongIn camino temeroso por las entradas de aquel castillo, aún no entendía que podía hacer KyungSoo allí. Aquel reino era donde lo habían encontrado años atrás, sin mencionar que la casa donde habían vivido y quemo ChanYeol no estaba muy lejos.

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