Capítulo 24.

6.8K 348 11
                                    

He despertado varias veces en mitad de la noche, miraba a mi lado imaginando que Hugo estaría ahí, sin pensar en que he sido yo misma quien ha querido que no fuera así.

Me dijo que me quería, y esas palabras llevan resonándome durante horas. Me quiere, Hugo me quiere.

El teléfono suena temprano. Cuando miro hacia la mesita sonrío al ver la tarta, Hugo la olvidó anoche. La bajaré ahora para meterla en la nevera.
Por fin doy con mi móvil y descuelgo, es Sara y como la conozco demasiado, decido activar el manos libres.

— ¡Felicidades Meeeeeel! — Grita, antes de empezar a canturrear.

— Gracias, Sara — Río, esperando que acabe.

— ¿Qué planes hay para hoy? — Me pregunta — ¿Invitarás a tu mejor amiga a algo, no?

— Claro, ven a comer a casa. No hay fiesta ni nada de eso, mamá no me deja. — Digo con resignación.

— ¡Qué rollo! — Suspira — Ya pensaremos en algo pero... de acuerdo, hoy iré a tu casa.

— Ven a la hora que te apetezca, no creo que salga en toda la mañana.

Quedamos en eso antes de colgar. Ahora, tarta en mano, bajo las escaleras en completo silencio, oigo que hablan del trabajo, pero cuando aparezco en el comedor ambos se quedan callados.

— Felicidades, Mel — Dice mi madre, acercándose para darme un par de besos, ése es el contacto más cercano de mi madre hacia mí en todo el año.

— Gracias mamá.

— Muchas felicidades, peq... — Se queda callado y no puedo evitar esbozar una sonrisa, casi se le escapa su famoso pequeña delante de mi madre — Mel — Dice Hugo al fin.

— Gracias, Hugo. — Le sonrío antes de volver a mirar a mi madre — Hoy viene Sara a comer, al menos así celebraremos algo, ya que no me dejas hacer una maldita fiesta.

Guardo la tarta en la nevera ante la atenta mirada de ambos. Lo sorprendente es que mamá no me pregunta de dónde la he sacado, mucho mejor.

— Hablando de eso... — Suspira ella — el lunes tengo un viaje de empresa, no creo que pueda pasar la noche aquí, te dejo con Hugo como responsable y puedes hacer tu dichosa fiesta. Eso sí, no quiero descontrol. ¿De acuerdo? — Mira a ambos. — Os aviso a los dos, si hay algo fuera de su sitio cuando vuelva...

— ¡Bien! — Exclamo sin dejarla terminar — Fiesta un Lunes, bueno, no es muy normal, pero seguro que alguien se apuntará — Le guiño un ojo — Gracias mamá.

Evito mirar cuando se despide de Hugo, sigo pensando que mamá quiere algo más con él, aunque, por ahora y ante mis ojos, tan solo son amigos.

En cuanto se marcha y nos quedamos a solas, uno se gira hacia mí con un semblante alegre, ¿por qué está tan contento?

— Hoy te haré el desayuno yo, ¿qué quiere la señorita cumpleañera? — Dice dirigiéndose a la cocina, alzando ambas cejas.

— ¿Tortitas? — Pregunto. Creo que las he comido una o dos veces en mi vida y me hace ilusión.

— Tortitas para Mel — Sonríe poniéndose manos a la obra. Me encanta observarlo moviéndose con soltura por la cocina.

Me siento en la encimera, cerca de él, mientras pone algo de música.

Saca unos cuantos ingredientes, echándolos en un bol y removiéndolos hasta hacer una masa compacta.

— ¿Quién es esta vez? — Pregunto al escuchar una canción que me gusta bastante.

En busca de la felicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora