13

7.1K 438 73
                                    


Iré a la Lechucería a enviarle una carta a mis padres, baja al comedor tranquila. Yo iré allí luego.

Ginny.

Que raro, ella siempre le responde los jueves- pensó Hermione. Se encogió de hombros, se terminó de vestir y tal y como le había dicho su amiga en la nota, bajó a desayunar. El Gran Comedor estaba bastante lleno ya, pero de todas formas se sentó en un lugar prácticamente vacío en la mesa de Gryffindor. Comenzó a servirse la comida y al cabo de un rato empezó a aburrirse. Ginny no llegaba y el correo matutino tampoco, así que no podía entretenerse con la edición de El Profeta de ese día.

Habían pasado cinco minutos y la pelirroja no aparecía por la puerta, pero para la suerte de Hermione y para la desgracia de Malfoy, Ritchie Coote se había ido a sentar a su lado.

Mientras la castaña hablaba animadamente con aquel chico, una persona desde la mesa de Slytherin que los observaba, estaba luchando fuertemente con sus pensamientos.

- Tienes que ser fuerte. No puedes ir a hablarle. No debes hacer eso, Draco. No seas idiota, mira lo feliz que es hablando con ese tipo. Debes alejarte de ella, a parte ustedes están peleados. Recuerda.

-¿A quién le importa eso? La perdonaría en este mismo instante con tal de que me sonría como le sonríe a ese infeliz.

- Pues no puedes hacerlo, debes dejarla en paz. Nunca sentirá lo mismo que tú y no puedes arruinarle así la vida.

- Pero sólo mira. Mira como le sonríe. Y él... él parece que la va a devorar con los ojos. Voy a matarlo. Pedazo de idiota.

- Él pobre chico no te hizo nada, es tu culpa que no puedas hablar con ella. Que yo recuerde no te amenazó para que te unieras a los mortífagos. Ni tampoco te obligó a que la insultaras todos estos años.

- Cállate.

Volví a leer el pergamino para asegurarme de haber escrito todo.

Malfoy:

No mires hacia mi mesa cuando leas esto y no le digas a nadie. Tenemos que hablar y no puedes decirme que no. Espérame esta tarde a las 7, en la sección de Adivinación de la Biblioteca. No llegues tarde.

Ginny Weasley.

Wow, que derecho he subrayado. Perfecto.

Até la carta a la pata de mi lechuza y le dije:

- Llévaselo a Draco Malfoy.

Salí de allí muy contenta conmigo misma. Esperaba que todo saliera como lo había pensado, y por ahora no había ningún indicio de que algo fuese a salir mal. Aunque lo más importante venía después. Mucho después.

Comencé a caminar más rápido ya que tenía hambre. Y mi estómago comenzó a llamar mi atención. El clima estaba perfecto y por ende, la lechuza llegaría rápido. Todo hacía que mi humor se pusiera cada vez mejor. Pero tendría que disimularlo si no quería preguntas acusadoras por parte de Hermione.

Me dirigí al Gran Comedor suponiendo que ella ya estaría allí. Cuando entré ubiqué la mesa de Gryffindor con la mirada y evidentemente, ella estaba allí sentada hablando con Ritchie. Entré y me fui a sentar a su lado.

- Hola- les dije alegremente aunque tratando de aparentar tranquilidad.

- Al fin- me dijo ella algo cansada.

- ¿Qué sucede?

- Nada, me estaba aburriendo bastante. Por suerte ha llegado Ritchie- agregó rápidamente para no hacerlo sentir mal

Nunca Lo Hubiese ImaginadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora