Capítulo 3

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Sentí un pellizco en el brazo, lo que me hizo enojar por tres segundos.

—¿Qué te pasa, Hannah? Eso dolió—me quejé.

—He, tía, he estado hablándote y no me has contestado ni una sola pregunta, estás tan concentrada en esa ventana que podría jurar que te habéis ido en trance.

—¿Qué? No es cierto, si estaba escuchándote.

Lo cierto era que no estaba escuchando ni una solo palabra. Isco se había metido en mi mente de una u otra forma, que ahora no hacía más nada que pensar en aquellos instantes en que nos mirábamos. Era como si hubiésemos conectado, pero claro, sólo eran pensamientos míos. Miré a Hannah, quién iba manejando y suspiré.

—¿Cómo habéis pasado la noche? ¿Te ha gustado?—Dijo ignorando mi vaga respuesta.

—Me gustó, hablé con varias personas y bueno, eran agradables para mi suerte—Omití dar detalles para no tener que hablarle sobre Isco, el esposo de su hermana, porque por la confianza que veníamos manejando incluía cualquier mirada o expresión. 

Bajé del auto y me despedí con la mano, le agradecí por la invitación y entré en el apartamento. Me quité los tacones para no despertar a nadie con el taconeo. Pero allí estaba Grace, trabajando con su computadora. 

—Grace, es tarde...deberías dormir, te ves cansada—me acerqué a ella. Que con su cabello enmarañado, ojeras muy oscuras me sonrió.

—Éste es el mundo real, o cumples o adiós trabajo.

Me senté a su lado en el comedor y puse mi mejilla derecha en este. Posteriormente Grace me miró y cerró la computadora.

—Odio esto, Kirah. No sé en qué rayos estaba pensando cuando me sumergí en esto de las revistas—reímos juntas, ya que ambas sabíamos que amaba todo este cuento de las revistas—¡Oh! y llamó tu madre, no sonaba muy contenta.

Cielos, debía saber que ya le hacía falta, pero seguramente era otra de sus hazañas para que yo volviera a Colombia, así que evitaría cualquier tipo de llamada hasta que tuviera mi título de periodista.

—A la próxima, cuelga sus llamadas, por favor—me levanté de mal humor y me fui al cuarto. Todo ese tema de mi madre me molestaba. No creía en mí y mucho menos me dejaba avanzar, pensaba que aún era una niña incapaz de ser responsable por si misma y hasta el día que tuviera mi diploma, no volvería. 

Me desmaquillé y quité mi vestido. Comúnmente dormía en ropa interior porque me resultaba más cómodo que una pijama. Eché un vistazo a mi celular por última vez y tenía un mensajes de Toni.

Rubio Toni Kroos: ¿Llegaste sana y salva a casa Kia?

Yo: Si, Rubio Toni Kroos, gracias por preguntar.

Rubio Toni Kroos: ¿Perdón? ¿''Rubio Toni Kross''? Oh, eres tan original...lástima que el sarcasmo no se entienda por la tecnología, ops, si se entiende. 

Yo: JAJAJAJAJA Si, soy la más original. Hasta mañana Toni, pasa buena madrugada.

Rubio Toni Kroos: Lo tendré en cuenta y bueno, gracias e igualmente.

***
—Kirah...—me estremecieron—Kirah...—volvieron a llamar.

Abrí los ojos y vi a Helen, luego al reloj, eran las 6:00 am.

—!No me jodas, Helen! Son las 6:00 am—puse una almohada en mi cabeza.

—Bien, entonces supongo que me quedo con esas enormes flores que te acaban de traer—fingió su voz de resignada.

Una parte de mí [Isco A]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora