Capítulo 4

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Todos nos habíamos sentado a cenar en el comedor. 

Estaba un poco nerviosa a decir verdad porque en Europa tienen un estilo particular para comer, tienen en cuenta el tipo de cubierto para cada comida en específico, un orden cronológico de lo que se debe ingerir en primer lugar...era algo a lo que yo no me acostumbraba, podía estar perfectamente con un tenedor y comer toda clase de cosas. Sin embargo asumí un rol de sabiduría "copiar todo movimiento que hiciera Hannah" ¿Quién podría notarlo?

—Marcelo, por Dios, utiliza el portavasos, dañarás el cristal de la mesa—dijo Toni irritado, al parecer no acostumbraba tener bastante gente en su casa.

—Toni no seas exagerado—dijo Bale probando el primer bocado.

Muy tensa por no saber qué hacer o qué decir empecé a mover mi pié derecho ligeramente. Arriba, abajo; tratando por supuesto, de que nadie aparte de mi, lo notara. Y como si hubiese sido la suerte, mi celular sonó.
Oportunidad para un respiro. Era un número desconocido por lo que me alejé unos metros del comedor y contesté. Nadie respondió. 

Que idiotez que llamen y luego cuelguen, o sea, mejor no llamen. ¿Para qué gastar tiempo?

Me senté y todos aún centraban su mirada en mí, por lo que supuse que no era de agrado interrumpir la cena por una llamada telefónica. Al diablo sus reglas de etiqueta, me las pasaba por el fajo.

—¿Ya te extraña tu novio, Kirah? Me parece que para colgaros tan rápido debe estar bien cabreado—dijo Sergio.

Tal vez no se lo habían tomado tan mal después de todo.

—Ese es el viejo truco para saber si sales con alguien o no, pensé que eras más original después de todo, Sergio—dijo el Galés Bale.

—Estoy seguro de que otras personas, de los presentes para ser un poco más específico, querían saberlo pero no se atrevían a preguntarlo—se defendió Sergio y disimuladamente miré a Isco, quién mirando su comida sonrió levemente y luego a Hannah que estaba muy seria; entendible por el comentario de Sergio, a ella le encantaba, pero ¿qué culpa podía tener yo?

—Esa pregunta es algo imprudente. Es tu privacidad, espero que seas tú misma la que abras el libro—dice James mirando a todos con normalidad, me dedicó una sonrisa y continuó con su comida.

Yo solo sonreí y asentí.

—Chicos, hagamos algo más...candente, no sé, quizá un juego o algo—volvió a decir Sergio como por compensar el momento tenso que había creado.

—Toni y yo no jugaremos—dijo Sarabelli dirigiendo su mirada a su novio quién se veía un poco incómodo.

—¿Te dejas mandar Toni? No sabía que salías con tu madre—dijo Marcelo.

—No y...—él no quiere jugar—interrumpió Sarabelli a Toni que acababa de intentar responder.

Toni estaba muy incómodo, al parecer su novia era muy controladora y por lo bien que me caía debía intervenir o por lo menos defenderlo. Una persona que es independiente y trabaja duro por sus cosas no merecía a alguien que irrumpiera sus deseos y sobre todo su tranquilidad.

—Creo que Toni puede decidir lo que quiere por sí mismo.

Todos me miraron, haciéndome saber por miradas, que no debí meterme en aquello que por lo que parecía, era costumbre.

—NO TE ATREVAS A METERTE, NO ES TU RELACIÓN, ENTROMETIDA DE MIERDA—Me respondió la chica molesta. Yo diría que endemoniada ¿qué sucedía con el carácter de esa chica? Estaba alterada por un simple comentario.

Una parte de mí [Isco A]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora