Capítulo 7

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Nuestro trayecto a la clínica fue muy largo y silencioso, las miradas por si solas, hablaban. Sentía tanta vergüenza con Toni porque él seguro no estaba acostumbrado a tener tantos problemas en Madrid, bueno, además de los que ya tenía con Sarabelli.

Sospechaba perfectamente que su insomnio se debía a esa chica de carácter fuerte y aunque él no se abriera respecto al tema conmigo, con su mirada lo decía todo, parecía que las cosas no marchaban nada bien y ¿Qué podría decir yo? Si fui utilizada de la forma más estúpida y es que me gustaría haber sido más difícil, aunque entiéndanme, cuando se trata de alguien que te gusta es realmente complicado darse cuenta de la realidad de las cosas y en este caso, darme cuenta de que sólo sería consuelo sexual para ese chico. Seguramente eso era lo que sucedía en la cabeza de Toni aunque mucho más fuerte porque cuando se ama algo, no hay defecto que se aprecie o valga el interés. Ahora ya entendía lo que seguramente nadie más hacía.

—La amas Toni, puede que las cosas no estén del mejor modo pero pueden solucionarlo—me miró cabizbajo para luego fijar su vista en el camino.

—Todos creen que soy un estúpido, que me dejo manipular por ella y realmente no es así, ella es hermosa ¿sabes? Sólo que ellos no se han tomado el tiempo de conocerla.

Y eso bastó para que confiara en mi y se abriera conmigo.

—¿Y qué importa lo que ellos digan? Siento mucho haber interferido, ahora lo entiendo y estoy de tu lado.

—No es que importe, pero ser el juego o la causa de sus burlas es abrumador para ella y para mi y gracias, significa mucho que siquiera alguien entienda—dijo con una media sonrisa—llegamos.

Me ayudó a bajar pero hasta ese momento me había percatado del dolor que provenía de mi entrepierna. Hasta la entrada, Toni tuvo que cargarme para que luego en una silla de ruedas, un enfermero me llevara hacia un ginecólogo. El proceso fue exhaustivo, papeleo, exámenes, papeleo, pero por fin me habían dado de alta. Se me habían formado moretones y el dolor se debía a los movimientos bruscos. Me mandaron cremas para la irritación y además, tuve que lidiar con el incansable médico que insistía en que fue una violación y por lo tanto debía denunciar, sin embargo desistí de todo aquello, no quería escándalos aún si Toni me lo pidiera. El pobre se veía cansado y seguramente debía levantarse temprano para practicar así que insistí en que se fuera y yo me iría en taxi pero el chico es de los pocos que se dejan convencer fácilmente, así que me llevó a casa y siguió su camino.

Eran casi las 5:00 am, todos dormían y para no despertarlos caminé en puntas hasta mi habitación, tenía la chaqueta de Toni por lo que la colgué detrás de mi puerta y proseguí a cambiarme. Me dolía aún mi entrepierna pero creo que era peor el dolor emocional. ¿Cómo pude caer tan bajo? O más bien ¿Cómo pude creerle sus palabras? A penas me conocía, era más que obvio que me estaba usando.

Tomé mi celular con aquella esperanza de tener un mensaje de él pidiéndome disculpas o algo por el estilo, pero en vez de eso, era el estúpido anónimo que no se cansaba.

''¿Tienes una buena noche?''

¿Qué mierda le importaba? No le di ningún tipo de importancia y me dormí. O por lo menos lo intenté ya que esa escena se repetía una y otra y otra vez en mi mente.

(...)

Tres voces se escuchaban a mi alrededor. Eran un poco distorsionadas, pero no dejaban de mencionar mi nombre.

—Kirah, ¿Estás bien? ¿Por qué fuiste a la clínica? Más bien, ¿Por qué Toni te llevó a esas horas?—preguntó Helen.

—¿Luego y tú no estabas con Isco? ¿Qué ha pasado?—preguntó Grace un poco preocupada.

Una parte de mí [Isco A]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora