Capítulo 13

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—¿Quieres decirme a dónde vamos?—pregunté irritada en el auto.

—Vamos de compras y luego a la playa.

—¿Qué más ropa quieres? Prefiero comer, tengo hambre —moría de hambre ya que el chico por su afán no me dejó desayunar antes de salir.

—Pues necesitas un vestido de baño y yo también, así que no hay opción. Ya comeremos algo.

Dentro del enorme centro comercial empezamos a caminar de una lado a otro buscando algo adecuado, pero mientras yo moría de hambre que hasta empezaba a palidecer.

—Que mal estado físico Kirah, ven, comamos antes de que te mueras—me jaló para acercarnos rápidamente a un restaurante muy bonito que estaba dentro del centro comercial, para ordenar sushi (mi comida favorita).

—¿Funcionó? —pregunté ya menos mareada.

—¿De qué hablas?

—La razón por la que me trajiste.

—Oh, eso. Creo que ha salido bien.

—¿Seguro?

—Estamos en la portada de siete revistas, tendrá que ver alguna o por internet.

—¿Qué? No bromees.

Por Dios, había salido de un lío en Barcelona como para meterme en otro.

—Van a echarme del programa por tu culpa.

—No te echarán. Es más, te tratarán mejor ahora que saben que supuestamente estamos saliendo.

—Voy a matarte. Espero que haya valido la pena.

—La valió, me la he pasado muy bien y si tienes suerte, hoy quizá duerma contigo. Claro si es que aguantas tanta belleza a tu lado.

—Todo iba tan bien hasta que llegó ese...

—¿Quién? —volteó para saber de quién se trataba.

—Ese estúpido ego— cero y van dos.

—Te encanta.

—Lo odio.

(...)

No sabía cuál bañador elegir, dos de ellos habían robado mis ojos. Uno era blanco sencillo, de dos partes, strapless y el otro era vino tinto, también sencillo.

—¿Cris, cuál de éstos?—le mostré ambos.

—Lleva los dos mujer y ya vámonos.

—No, ni pensarlo, esto cuesta un ojo de la cara, ayúdame a elegir o me rehúso a salir contigo de aquí aún si me toque mendigar en la calle para poder volver a Madrid—puso los ojos en blanco irritado.

—El vino tinto entonces.

—Es que amo el blanco. Pero bueno, llevo el vino tinto —Jaló el vestido vino tinto de mis manos y fue a pagar.

Dejé una parte de mis ojos en ese almacén pero algún día lo tendría, de eso no iba a preocuparme, vestidos de baño blancos, muchos.

(...)

En camino a la playa tomé mi celular para revisar algunos mensajes que me habían llegado y bueno, para qué mentirles, quería saber qué se estaba diciendo de nosotros dos en la prensa mundial porque salir con CR7 es un acontecimiento de mucha atención.

Rakitíc: ¿Chica de Ronaldo?

Yo: Claro ¿no lees? jaja, es confidencial, no puedo contarte.

Rakitíc: Ok, en tanto no sea cierto, todo excelente. No pensé que tuvieras gustos tan exigentes.

Una parte de mí [Isco A]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora