Capítulo 17

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Entramos a lo que sería nuestro lugar preferido, su apartamento. Era muy tranquilo y era lo que ambos necesitábamos después de todo ese lío. Me senté en la cama porque seguía mareada por todos los tragos que me había tomado con James. Isco estaba en la cocina tratando de cocinar algo para mí después de darme una pastilla para el mareo.

Me quité los tacones y los dejé a un lado para recostarme. Aún no sabía como solucionar el problema con mi madre, el director del programa no me había llamada aún para darme respuestas de si podía quedarme en Madrid buscando otro programa y pues, como añadidura realizar nuevamente las prácticas, sin embargo, no quería hacerlas en el Bernabéu por la vergüenza.

—¿En qué piensas?—preguntó Isco sacándome de mis pensamientos.

—Ya sabes, lo de siempre—intenté sonreír.

—¿Cómo va todo? Déjame ayudarte Kirah, no puedes hacerme a un lado después de todo lo que ha pasado—se sienta y pone una bandeja con frutas y café en medio de ambos.

Agarré una banana y la comí—No sé si podré quedarme en España, el director tiene la última palabra y si no lo considera necesario tendré que volver a Colombia.

—Déjame hablar con él, seguro que lo convenzo.

—No Isco, tengo que ser capaz de conseguir las cosas por mi misma, no es por nada amor, pero para sentirme bien conmigo misma las cosas deben funcionar así.

—¿Acabas de llamarme amor?

—No—dije rápidamente y él sonrió—y no me cambies el tema, promete que no harás nada.

Puso sus ojos en blanco para luego asentir—No sabes lo excitado que me tienes cada que te metes esa banana a la boca.

La solté y puse mis manos sobre sus hombros para luego darle un beso.

—Si vuelves a besar a Victoria te asesino ¿bien? Es que lo has hecho en mi cara, imbécil, no sé cómo ni porqué sigo hablando contigo—fingí enojarme, es que con él era totalmente imposible, tenía una cara muy angelical.

—Hay muchas cosas de las que me arrepiento diariamente. 

—Eres un idiota.

—Así de idiota por ti.

—Cállate—le enseñé el dedo del medio. Me abrazó y me condujo a la sala porque había un partido que quería ver. Me gusta el fútbol, pero justo ahora quería dormir o besarlo, o besarlo y dormir o dormir besándolo.

—¿Tienes que verlo? Hay otras cosas que podríamos hacer—le sugerí intentando sonar lo más sensual posible.

—Verlo me va a servir para estar alejado de ti, estás un poco ebria y no quiero sobrepasarme contigo. 

—No digas eso, amor.

—No Kirah, cuando estés en tu sano juicio tal vez podríamos hablarlo.

Era realmente tierno, pero ¡vamos! Estaba deseando a Isco incluso desde antes de llegar a su apartamento. ¿Cómo podía decirme que no?

Me senté al otro lado del mueble con los brazos cruzados, haciendo el típico berrinche de niña pequeña. Él me miró con sus cejas arriba pero luego volvió su mirada al televisor.

—No dejas de ser un imbécil.

Pude notar como sonrió aún concentrado en su estúpido televisor mientras yo luchaba con el sueño que empezaba a inundarme. 

***

Jamás en la vida vuelvo a tomar—pensé. Un dolor de cabeza enorme me invadió sin compasión alguna. El sol me daba en toda la cara y como si fuera poco, Isco tenía ocupada casi toda la cama, dejándome en la orilla.

Una parte de mí [Isco A]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora