Un simple sueño. [#2TEDM] (Gemelier)

24. Magia del diablo

-Narra Jason-

Camina rápidamente para colocarse al lado de la cama de Matt y agarrarle la mano. Yo observo detenidamente como ella se limita a cerrar los ojos apretar la mano de mi primo.

-Matty. Soy Natalia, Nati. Según tu primo puedes escucharme aunque no reacciones.

Camino hasta sentarme en el sofá detrás de Natalia, escuchando atentamente.

-Debe ser magia del diablo, ¿te acuerdas? Me dijiste que debía ser magia del diablo que alguien te escuchase pero no pudiese decirte nada. Ahora tú lo estás experimentando, y espero que te despiertes pronto para contarme qué se siente.

Las lágrimas comienzan a caer por sus mejillas al instante, y solloza.

-Siento mucho haberte llevado a aquel lugar, prometo que si algún día me perdonas, tanto tú como tu familia, no volveré a llevarte a ningún sitio así.

Abre los ojos y mira a Matty como un ciego miraría el mundo por primera vez, puedo observarlo en su mirada. ¿Le gusta mi primo?

-Esta mañana he echado mucho de menos tu forma de darme los buenos días y cuando rechazas el tabaco mañanero que Came te ofrece porque dices que te hace toser demasiado y podría hacerte una mala pasada cuando estuvieses gastando alguna broma en clase. Y cómo la liais Nora y tú en clase de matemáticas. Creo que hasta el profesor te ha echado de menos, Matty.

Imagino a mi primo y aquella linda chica de la mano yendo al despacho del director por haberle gastado una broma al estricto profesor de matemáticas y sonrío brevemente para después seguir escuchando.

-Cameron tenía grandes ojeras, además de marcas de golpes en la cara, y los niños frikis de primera fila se reían de él, deberías haberlo visto. Seguro que tú le hubieses defendido, porque tú siempre protegías a los que querías.

Recuerdo cuando Matthew nos defendía cuando Cameron se metía con nosotros, y me alegro de saber que mi primo siempre era así.

-No como yo. No pude protegerte anoche. No tuve la suficiente fuerza de voluntad, lo siento. Desde que te vi tan lleno de sangre, me juré a mí misma que iba a proteger a las personas que quería a partir de ahora.

Hace una larga pausa, y besa la mano de mi primo, para luego levantarse y acercarse a sus labios.

-Y a ti te quiero muchísimo, Matty.

Deja un pequeño beso en la comisura de sus labios, y el pitido que antes era más o menos constante, ahora se acelera.

Me acerco a Natalia, y con mis pulgares quito las lágrimas de sus mejillas, sonriéndole.

-Tú no tienes la culpa, Natalia.

Entonces una enfermera entra en la sala y nos echa a un lado, el médico que le sigue nos pide que salgamos y obedecemos.

-¿Qué ha pasado?-mi hermano se acerca a nosotros con algo de preocupación

Miro a Natalia y ella me aprieta el brazo del que está agarrada.

-El pitido comenzó a ser más fuerte y rápido. Quizá Matt se emocionó con el discurso de la rubia.

Los tres ahogamos una carcajada triste, y nos acercamos a mis tíos.

-Gracias por salvar a nuestro pequeño.-Miriam le sonríe a Natalia y esta le devuelve el gesto

-Es lo que él habría hecho por mí.

Mi tía le acaricia el hombro y veo como mi tío y mis padres suben las escaleras y se acercan a donde nos encontramos.

-Yo tengo que irme, pero muchas gracias por todo.

Me suelta el brazo y se dirige a mí para abrazarme. Al principio mis brazos se quedan rígidos a los lados pero después reacciono y le rodeo.

-Gracias, Jason.

-Gracias a ti, Natalia.

Se despide con un gesto con la cabeza y una sonrisa de los demás y se dispone a bajar en ascensor con aire triste, aunque menos que cuando llegó.

La verdad es que aún recuerdo todo el daño que me causó cuando me robó mi primer beso y después me pidió salir para dejarme a los pocos días diciendo que tan sólo había sido una apuesta.

Y el daño que le causé yo a ella cuando le dije a un amigo que la enamorara y le pidiese salir para que cuando aceptase, le dijese que estaba jugando con ella, sólo por venganza.

Pero quizá los malos momentos hacen que las personas se reconcilien sin ni siquiera saberlo.

O quizás sea la magia del diablo.