La tarde del siguiente jueves pasó eternamente lenta, ella simplemente decidió durar una eternidad. Además de un montón de libros y palabras, las gotas gruesas se desprendían del cielo con una asimilación de diluvio. Josy intentó darle una última hojeada a sus apuntes de gramática antes del fin de semana largo de descanso previo a parciales. Escrutó el diario semanal de Loyola, cambió varias veces la frecuencia de su radio y abrió y cerró la nevera un centenar de veces.
¿Dónde estaría Kim? Dustin tampoco se había pasado por la habitación. Cuando abrió la puerta de esta, por el pasillo no pasaba nadie. Qué más podía pensar, era un eterno jueves pre-exámenes con una lluvia torrencial que inundaba todo el campus, nadie iba a pensar en salir a dar vueltas por la residencia o por las facultades.
O quizás sí. En el instante en que cerró la puerta, su móvil sonó.
"Estoy en la biblioteca. Subo en un rato. Bobby está cerca"
Y Josy recordó lo que tenía que hacer. Lo haría al día siguiente por la mañana. No tenía apuro, y debía estudiar.
Una vez más, el móvil sonó. Una llamada.
-¿Sí?
-Hola, ¿cómo estás?
James. Su voz cálida le llegó al corazón. Josy miró a su alrededor, preocupada de que alguien hubiera notado su reacción al oírlo. ¿Era por qué estaba aburrida de oírse a sí misma decir reglas gramáticas y escuchar a alguien más la alegró? ¿O era el hecho de que la persona que la estaba llamando era James? No, eso no era posible. Él no causaba nada en ella.
-Bien, ¿y tú?
-Bien, ¿puedes hablar?
-Sí, pero no te oigo casi nada. ¿En dónde estás metido?
-Bajo la lluvia, caminando por el campus. ¿Puedo ir a verte? Estoy a unos metros de tu residencia.
-¿Estás loco? ¿A quién se le ocurre salir a caminar por el campus con este temporal?
-A mí.-Respondió sin más.-Y al recogedor de basura. ¡Hola, Jaco!-Se lo oyó un momento distante del teléfono.-No he dejado de pensar en lo que dijiste la otra vez.
-¿Qué cosa?-Josy lo imaginaba caminando entre la vereda, con su cuerpo empapado y muriendo de frío.
-Lo de mi padre. Que quizás si deba ir a verlo este fin de semana, considerando que a mi madre no la podré ir a ver porque está de viaje, y nadie más se quedará aquí.
Josy suspiró. -¿Por qué no te vienes a mi habitación y charlamos sobre eso? También tengo algo que decirte.-Bueno, no tenía qué, pero le iba a hacer el favor a Bobby, porque sabía que a ella si iba a escucharla.
Exactamente cinco minutos después, James azotó la puerta en su peculiar forma de hacerlo, casi desmembrándola. Cuando Josy abrió, se quedó impactada al verlo prácticamente duchado.
-¿Por qué tienes que hacer eso siempre?-Preguntó aún sin dejarlo entrar. Él le dio un leve empujón y se adentró en la habitación. En menos de un segundo quedó en tan solo un par de bóxers azules.
-¿Qué cosa?
-¡Moler la puerta a golpes!-Por un momento disimuló el haber observado su perfecto abdomen. Corrió los ojos hacia otro lado en cuanto pudo. No quería evidencias, y es que James era tan cargoso.
-No la he molido a golpes. Ahí la tienes.-La señaló.-Está entera.
Ella rodó los ojos.-Es una manera de decir.-Dijo burlesca y le lanzó una toalla.-Ahora, ¿qué es eso de tu padre?
-Sí. Lo he pensado. Iré a verlo. Aunque sea el domingo, luego me volveré a estudiar.
-¿Qué te ha hecho cambiar de opinión?
James se secó la cara durante varios segundos antes de hablar.
-Tú.
-Estoy segura que no fui yo. Te he pedido que hables mil veces con él y jamás me escuchas.
-Pensé que te haría sentir bien escucharme decir eso. Nada, Josy. Lo he decidido por mí mismo.-Se aproximó a la nevera y la abrió. Incluso como las diez veces que lo hizo Josy, no había nada dentro de ella.
-Pues me alegro de que hayas llegado a esa conclusión.
-¿Qué querías decirme?
-Bueno...supongo que te has enterado de la cita de mañana, con la cual estás a disgusto.
-Sí, no me gusta que los capullos de mis amigos me hagan perder tiempo, porque ni siquiera valdrá la pena porque no se la follará, así que...
-¡James!
-Lo siento.-Se quedó sentado en un borde de la cama.
-Dios mío, no tienes respeto por nada.
-Lo sé.
-Ahora, pensé que quizás mañana podrías llevar a Bastian. Entonces...una vez que Kim y Bobby estén solos, tú te vas, y también quedaré a solas con él.
James frunció el ceño.- ¿Sigues embobada con ese capullo?
-¿Lo harás o no?
-No lo sé, Josy, hay algo raro en ese tipo. Parece mal bicho.-Se rascó el mentón, como si pensara en algo importante.
-Es extremadamente dulce, y de más está decir que es hermoso.
-Schön, claro.-Respondió él en tono de burla. Josy le lanzó un almohadón y ambos rieron.-De acuerdo, ya veré como lo convenzo. Supuestamente tiene planes, irá a cenar a Bines.
Josy frunció el ceño. -Dex también irá a cenar a Bines.
James no lo relacionó con nada en especial.-Debe de haber ofertas.
-Bueno, ya, entonces, ¿le dices?
-Sí, lo haré, pero no quiero hablar más de él. ¿Jugamos cartas?
-¡Eres el mejor!
Josy se trepó a él y lo sorprendió con un abrazo sincero. Él correspondió y suspiró. Se quedaron así durante dos minutos, con el sonido y olor de la lluvia adorándolos desde la ventana entreabierta.
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El imán y la limadura
General Fiction-No me toques.-Se abrazó a sí misma de nuevo, echándose hacia un costado y logrando que la mano de James quedara en el aire. Sonrió de nuevo, y una vez más, colocó la palma sobre la escuálida pierna de Josy. -¡Basta, te he dicho que no me toques con...