Ir de un lado al otro pareció una solución. Azotando los pies fuertes contra el suelo y maldiciendo a más no poder. James la observaba apoyado en el capó del Ka. Se había tomado la labor de encender la radio anteriormente para no tener que deleitarse solo con los insultos de Josy.
She will de Lil Wayne resonaba con fuerza por los parlantes de las puertas abiertas. Y Josy iba y venía, y James la observaba. Como siempre, él solo la miraba.
-¿Es que puede alguien tener tanta mala suerte? ¡Es imposible! No puedo creerlo, maldición.-Y seguía dando vueltas. James sonrió.
-Realmente tienes un gusto pésimo.
-No es mi gusto, es tan solo mi mala suerte. ¡Es que...agh!
James no iba a discutirlo. Cerró las puertas del auto y volvió a su antigua posición.
-Claramente. Si no te metes con un violento alcohólico, te metes con un gay. Eres un imán de tipos raros.
-Ya, gracias por la ayuda. Realmente, muchas, muchas gracias.-Dejó de dar vueltas y al igual que James, se apoyó en el capó. -¿Les faltará mucho? Quiero volver a la residencia y dormir.
-Seguro Bobby la llevará a algún lado, ya sabes...para...-Hizo un gesto que Josy quiso olvidar de por vida. James estalló en carcajadas.
-Eres realmente un cerdo.
-Lo sé. Que va, ¿vamos por un corneto?
-No puedo dejar a Kim sola con Bobby, ¿Qué tal si la hace tocar su pene de nuevo?
-Le gustará. Digo, no es que yo he tocado el pene de Bobby, pero, vamos...es obvio que se desean.
Josy bufó.-Cállate, James.
-Mira, que estés de los humos porque el único chico que te atrae en toda Loyola sea gay no es mi culpa.
-¿Puedes dejar de recordármelo?
-Venga, Josy, tomemos un helado, tranquilos. Piensa por un momento que no eres un imán de malas limaduras.-Le besó la frente y ella se prendió a su cintura para abrazarlo. Eso siempre era cálido. James siempre era un refugio.
Caminaron fuera del aparcamiento. Tal como esperaban, cuando pasaron por la vidriera de Guardia, Bobby y Kim ya no estaban allí.
-¡Que peleona eres, eh!-La azotó con delicadeza bajo su brazo y ella rió intentando salirse de su agarre.
-¡James, basta!-Chilló intentando encontrar escape. Lo cierto es que ya no le importaba mucho estar peinada o no, pero no podía ver nada.
-¡La niña ha salido peleona, muy peleona!-Le gritó a una pareja de ancianos que caminaban a su lado. Ambos sonrieron y siguieron en su conversación avanzando hacia el aparcamiento. El señor de barba blanca volvió a voltearse hacia ellos. Parecían una tonta pareja adolescente. Se recordó los viejos momentos con la señora que ahora caminaba con los dedos entrelazados con los suyos. Se preguntó si a esos dos jóvenes les deparaba lo mismo.
-¡James!-No podía hablar de la risa. -¡Basta, basta! Me has hecho daño, ¿eso es lo que querías?-Le dio un empujón entre risas.
-Vamos, solo te he dejado la frente roja, no exageres, dentro de un rato se te pasará.-La volvió a tomar con fuerza, cargándola como una bolsa de papas. Ella se negó varias veces azotándole la espalda, pero él no le daba importancia. Seguía girando en círculos, mareándose un poco y retorciéndose si Josy lo golpeaba fuerte en la espalda. Ella seguía luchando, entre risas y gritos, mientras él solo le advertía que no la soltaría.
De repente alguien apareció. James se quedó helado con Josy en sus hombros.
No se vio furiosa, ni triste, simplemente sorprendida. Miró las manos de James, estaban sobre el muslo de aquella guarra que poco toleraba. La miró por detrás de la espalda de él, solo para darse cuenta de que ella también la miraba.
-Wow...-Katia se cruzó de brazos y suspiró, negando con la cabeza.
-Te espero en la Vespa.-Connie, su fiel amiga de cuarto, se veía más puta de lo normal. Caminó al lado de los individuos y desapareció en una esquina.
James la atravesó con la mirada. Los ojos azules le hacían eso, parecían agujeros negros. Bajó con delicadeza a Josy de sus hombros y ambos observaron a Katia. Quieta, furiosa quizás. No decía nada. Nadie lo hacía, en verdad.
-Entonces no me equivocaba cuando te regañaba por andar con esta.
Rebajó a Josy como si no hubiera un mañana.
-Me llamo Josephine, no está.
-Josy...-La detuvo James. Ella lo observó de mala gana y rodó los ojos.
-Kat, ¿podemos hablar?
-¿Hablar? ¿No los interrumpo? Oh, en serio, ¿no están ocupados?
-No seas ridícula. Josy es mi amiga, lo sabes.
-Oigan, los dejo.-Josy no quería oír más. Lo cierto es que Katia ya era lo suficientemente insoportable, pero James se mutaba cuando ella estaba cerca, y tampoco quería tolerarlo un segundo más.-Suerte.
-No tienes que...
-No te preocupes por mí. Volveré sola a la residencia.
James no habría dejado que eso pasara de ningún modo, a excepción de esa noche.
-Bien, nos vemos.
James no la detuvo. Conversó con Katia toda la noche.
Por primera vez, Josy sintió celos de Katia.
El efecto imán- limadura tan solo estaba comenzando.
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El imán y la limadura
Ficción General-No me toques.-Se abrazó a sí misma de nuevo, echándose hacia un costado y logrando que la mano de James quedara en el aire. Sonrió de nuevo, y una vez más, colocó la palma sobre la escuálida pierna de Josy. -¡Basta, te he dicho que no me toques con...