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La indignación del rechazo. Josy pensó en incontables frases de libros. Bobby seguía encima de Kim, entre papa frita y porción de pizza, le decía algo nuevo para sorprenderla. El exceso de cerveza la puso cariñosa. James estaba como satisfecho. Josy, por el contrario, mantenía su cara de póker.

-¿Puedes dejar de mirarme como un imbécil?

Pero él no dejó de hacerlo. Adoraba mirarla de ese modo. Amplió la sonrisa en su rostro y se acomodó más cerca de ella.

-Es que... ¿has visto eso? Le estabas hablando, Josy, le estabas hablando y él tan solo se levantó y se fue.

-Gracias por recordármelo.-Bufó y dio un sorbo largo de cerveza. ¿Qué había de malo con ella?

-Es que, definitivamente, espantas a los hombres.-Se acomodó como en su casa, con una pierna en el regazo de ella. Josy se la quitó enseguida y fingió no oírlo.-Ha sido glorioso, Josy. Le estabas hablando y él desapareció, como si tuviera miedo de ti. Quizás tenías algún orégano en los dientes, o simplemente lo espantaste con tu cara de...

-James, ciertamente no sé por qué tengo que soportarte, así que cállate o te partiré un plato por la cabeza.

Él no respondió. Se quedó durante unos segundos con los ojos clavados en su amigo. Aquella era la señal. Finalmente se atrevería.

-Arreglemos esto afuera, ¿quieres?-La tironeó del brazo como una muñeca, e ignoró el "Ouch" constante que soltó ella por el dolor del agarre. Él no la soltó hasta estar fuera de Guardia, en el aparcamiento, donde ya sus amigos no se veían por el montón de autos.

-¿Qué mierda te pasa? ¡Me has lastimado!

James estaba en puntitas de pie, intentando investigar lo que pasaba allá dentro del bar.

-Ya, ya. Lo siento. Es que este es el momento en que Bobby y Jim se quedan solos y...

-Kim, por el amor de Dios, ¡Su nombre es Kim!

James la miró serio. -¿Estás enojada?

-Sí, lo estoy.-Cruzó los brazos y se apoyó con la espalda en el poste de luz, aquella tenue irradiación que iluminaba sus rostros en lo negro de la noche.

-¿Conmigo?

-No contigo, James. Estoy enojada porque no sé que está mal conmigo. Bastian me ha huido como a un bicho raro, y qué tú me digas que quizás ha sido por mi cara, no es de gran ayuda.

Él rió y se apoyó a su lado, pasando un brazo por detrás de su hombro.

-Oh, vamos. Sabes que estás buena, Josy, y eres inteligente y divertida. Un poco insoportable a veces, pero eres cool, en serio.

-No sirve que lo digas tú, eres mi amigo.

-Sigo siendo hombre, y créeme, siéndolo, he pensado más de diez maneras de azotarte en mi cama y...

-Ya, ya. La has cagado. Eres un cerdo.-Lo alejó de ella con un brusco empujón.

-Solo soy sincero. ¿Quieres un helado? Bines está cerca de aquí. Yo invito.

-No lo sé. Quisiera quedarme cerca en caso de tener que salir corriendo junto a Kim y...

-Jim está bien. Bobby no es malo, solo es un poco tonto, pero no es malo.

Josy sonrió. Sabía que no lo era.

-Ahora comprendo por qué son amigos.-Le dijo con media sonrisa en su rostro.

-Creo que mejor no te pagaré ningún helado. Le dio un golpe suave en el rostro y empezaron a caminar hacia la otra esquina. Allí vendría lo peor de lo peor.

Los peldaños negros de la calle en zic-zac crujían con los zapateos en él. Jugaban al "veo, veo". Josy vio un poste, un árbol, y la remera de James. Él adivinó todas. James, por el contrario, fue más astuto.

-¿De qué color?

-Hm, transparente.

-James...

-Venga, no es muy difícil.

-El aire.

-Nop.

-El agua de aquella fuente.-Señaló con su dedo a la fuente de la libertad en la plaza, a menos metros de Bines. A menos metros de la verdad.

-Tampoco.

-Pues no lo sé.

-Los ácaros que hay en el ecosistema.

Ella, una vez más, implementó su cara de póker.

-No dejas de sorprenderme, ¿lo sabes?

Doblaron en la esquina. A tan solo unos pasos de la verdad. El ventanal de Bines ya dejaba todo en evidencia, tan solo era cuestión de que alguno de los dos mirara.

-Solo quería que pensaras un poco, pero al parecer no p...-James se quedó absorto. Sus ojos azules se abrieron de un modo sobrenatural. ¿Estaba alucinando? Josy lo miró por un momento y siguió su vista para encontrar que era aquello que lo había patidifusado de tal modo. Ella quedó igual tan solo un instante después.

Era Dexter, sin dudas. El color de cabello era ese, y la contextura del cuerpo también. Un dulce beso, nada más. Bastó para que todo quedara claro. Una vez más, era suficiente. Josy abrió la boca, pero ninguna palabra salió de ella. Los labios de Bastian se abrían con delicadeza. Había una mesa de por medio y gritos alrededor, pero aquella parecía una escena romántica de película.

Dexter y Bastian se estaban besando.

El imán y la limaduraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora