(*) Sugar - Maroon 5
(video multimedia)***
- ¿Dónde está el ramo?, ¿el velo? ¡Dios! -exclamó Isabella, dentro de aquella hermosa y enorme habitación.
- ¡Aquí! -grito Any, desde el cuarto de baño, para luego salir corriendo-. Ven, te lo pondré -Isabella se agacho un poco para darle mejor acceso a su amiga, ella le puso la pequeña peineta de plata con diamantes que contenía el velo, y luego le dio el ramo con flores. El tiempo se les había ido volando y ya iban tarde para la boda-. Te ves hermosa -dijo Any, cubriendo su boca con las manos, Isabella, le sonrió y se acercó al enorme espejo del tocador.
El vestido era sensual y romántico, solo por esta vez dejo que Any la ayudara a escoger el vestido, y ¡Dios!, tardaron dos meses en encontrar uno para el gusto de ambas. A Isabella nunca le había gustado mostrar su figura, siempre se vestía de forma sobria. Pera esta vez era todo lo contrario, el vestido era de satín blanco, ajustado en su pecho resaltando, llegando hasta la cadera y cayendo con gracia sobre sus piernas y pies, el corsé tenía detalles de pedrería, sus brazos estaban cubiertos con una tela de encaje que se unía al vestido desde los hombros, pero dejando descubierto el pecho, la espalda tenía un escote que llegaba justo al inicio de la cadera, la falda era de corte clásico y elegante. El cabello lo llevaba medio recogido, con rizos que salían de este, la peineta la llevaba justo arriba del peinado, y el velo con detalles de plata, caía hasta pasar a la cola del hermoso vestido blanco.
La ceremonia sería en un crucero que iba rumbo a unas Islas en el Caribe, Any, le había propuesto planear la boda, e Isabella se lo permitió, por lo que, habían terminado subiéndose a un barco para celebrar su boda.
-Bien es hora de irnos -dijo Isabella. Su amiga tomó su bolso y salió de la habitación.
El salón estaba decorado sutilmente con flores de vivos colores, otorgando al lugar una apariencia exótica. Los invitados ya esperaban en las sillas, el juez ya estaba en su lugar, Andrés estaba en la puerta, saludando a los que iban llegando, era una ceremonia privada, solo veinticinco de sus familiares, amigos y conocidos más cercanos, Marcos estaba a su lado, brindándole apoyo, pues se hallaba muy nervioso y como no estarlo, era su boda.
-Ya vienen -dijo Gloria, posicionándose al lado de Andrés, para entrar con él. Marcos, se fue a su lugar, en la fila de enfrente, pues sería uno de los testigos, y claramente, Any, sería el otro.
La orquesta comenzó a tocar una melódica sinfonía, Andrés se paró en el inicio de la alfombra, y tomó el brazo de su madre, y comenzaron a caminar al son de la canción de fondo, todo el mundo se puso de pie, Gloria lo entregó y se fue a su lugar, la música comenzó a tornarse más lenta, anunciando que la novia estaba por entrar.
El aire escapó de los pulmones de Andrés, simplemente la impresión había sido enorme, ella parecía un sueño. Isabella del brazo de Mario, aparecieron en la entrada del salón y comenzaron a caminar por el centro del lugar, todos exclamaban lo hermosa que se miraba, los felices que estaban por ellos.
El aire en ambos era escaso, los nervios estaban a flor de piel, cuando Isabella fue entregada, Andrés la tomó de la mano, estaban a poco de unir sus vidas para siempre.
-Hemos venido este día para unir la vida de Isabella Hamilton y Andrés Navarrete, un amor que ha soportado y sobrevivido, y llegado hasta este día. No tengo duda que este será el comienzo de una hermosa etapa para ellos, el inicio de su felicidad -el juez los miro a ambos-, daremos inicio a la ceremonia, señor Navarrete, repita los votos por favor.

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¿Sin final feliz? © [COMPLETA]
ChickLitDos cosas sabe Isabella: el amor no fue hecho para ella y que los finales felices no existen. Y esta realidad, con el pasar del tiempo, la fue volviendo dura, fría y sin ningún motivo de alegría, acostumbrándola a no sentir nada. Así como, obligánd...