Que agrado regresar a nuestro hogar junto a todos a quienes queremos.- dijo una mujer que llevaba ambos brazos vendados hasta los codos por unas quemaduras en proceso de sanación, caminando por las calles de la ciudad americana.
Si por fin podremos regresar a nuestro hogar, pero eso dentro de un año.- le respondía el hombre que del brazo la lleva quien a su vez iba con una muleta por su pierna mala.
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Te parece si jugamos un poco.- dijo el conde con una mirada y voz llenas de lujuria.
Me encantaría jugar con usted mi lindo señor.- hablo Sebástian sin apartar la mirada de ese azul zafiro que tanto amaba.
Pero mañana será un día muy ocupado .- dijo para arropar a su ahora señor pues ya hace un tiempo había dejado de ser su "joven amo".
Y así se dirigió a la puerta de la habitación para dedicarle una última mirada y un " buenas noches amo" a su señor y/o enamorado, pero aun siendo un demonio de alto rango y estatus no se percato de cuando este se había parado de la cama y ubicado detrás de él.
Eres un aburrido Sebastian además esa ni tu te la crees o me equivoco ¿Príncipe de la oscuridad?.- dijo en un susurro al oído del demonio que enfrente tenía.
Para luego tomar la mano de este y dirigirla a su miembro, pero antes de darle tiempo de reacción a su mayordomo lo acorraló contra la puerta y lo beso apasionadamente para que no dijera nada y siguiera con el juego al que lo estaban incitando.
Al principio tan solo era Ciel quien participaba de aquel apasionado beso para luego de unos cuantos segundos en shock Sebastián correspondió a el estimulo tan delicioso que le entregaban y dejándose hacer enredo sus brazos al cuello del menor, ya no tan menor pues en apariencia ambos mostraban la misma edad, en lo que Ciel capta el mensaje y lo abraza por la cintura empezando a retroceder hasta llegar a la cama.
Ciel se sentó a los pies de esta y halando del brazo a Sebastian lo sentó en su regazo para proseguir con lo que estaban antes de separarse y acomodarse.
«Que esta pasando conmigo? Si bien Ciel no es el primer hombre con quien lo hago es la primera vez que me siento a gusto siendo el de abajo.» Eran los pensamientos de Sebastian mientras gustoso participaba de aquel beso que a cada minuto se volvía mas y mas fogoso « Las manos de Ciel se sienten bien para no tener experiencia.» Esos fueron los pensamientos de aquel demonio que a cada minuto se sentía mas cómodo en el regazo de su amante y se dejaba hacer.
Ciel por otro lado sin nada de experiencia en este tipo de asuntos tan solo se guiaba por su instinto. Paseando sus manos por el escultural cuerpo del demonio en su regazo y de un momento a otro las manos de este bajaron al trasero de Sebástian aparentando fuerte.
Sebastian ya hace un rato sentía la erección de Ciel rozar su trasero cosa que lo excitaba aun mas y el conde en un rápido movimiento tumbo a Sebastian en aquella cama matrimonial que tiempo atrás los predecesores del conde usaban para dormir como el matrimonio que eran.
La ropa ya molestaba entremedio de los dos Sebastian embelesado por lo que su niño le hacia a lo único que atino fue a sacar ese pijama Ciel hacia lo mismo con la corbata y el frac de su galante mayordomo. Ya totalmente desnudos Ciel le muestra tres dedos a ese demonio con cuerpo de dios griego.
Sebastian capto el mensaje y los lamia con devoción hasta dejarlos bien lubricados ya sin poder aguantar le quito sus dedos y sin previo aviso mete el primero haciendo distintas figuras en el interior de este, para seguir con los otros dos.
Ya después de un rato considerable y de una sola estocada Ciel entro en Sebastian sacándole un leve gemido se quedo quieto pero no duro mucho pues Sebastian movía sus caderas en señal de que podía continuar.
Pero no empezó despacio recordando así la naturaleza de su amado mayordomo. Era el demonio más lujurioso de todos al tener tal tentación para él sólo.
El único sonido que se escuchaba era el grotesco sonar de sus cuerpos al chocar gritando sus nombres.
Ngh...... Ci...el..... Ciel mas fuerte por favor!!.- hablaba tartamudo Sebastian. Ciel en lo que lo masturba aumenta la velocidad de esas embestidas tan deliciosas.
Sebastian eres tan estrecho y delicioso.- dijo Ciel sintiendo como las paredes anales de su amado se contraían atrapando su miembro - Te amo Sebastian, eres delicioso amor.
Con las ultimas estocadas el demonio se venia en la mano de Ciel sin previo aviso manchando la mano del conde y sus abdomenes, mientras que este ultimo se venia en el interior de su demonio sintiendo como aquellas paredes se contraían aun mas apretando todavía mas su miembro.
Después de esa primera entrega llena de amor y no así la ultima, Ciel se acostó al lado de Sebastian para recuperar el aliento, ya luego de un rato salio del interior de este último, miro su mano aun manchada con la semilla de quien a su lado estaba, se llevo la mano a la boca y la probó como si un dulce fuera, no se limpio bien la boca y así beso a Sebastian dándole a probar de su esencia.
Y con aun mucha energía Ciel empezó a bajar por ese escultural cuerpo dejando un camino de saliva y marcas que tardarían en borrarse llegando así al miembro del próximo rey de la averno.
Quiero limpiar ¿puedo?.- decía con una mezcla de perversión e inocencia que cautivaba al demonio y así con una noche aun joven dieron inicio a otra ronda de lujurioso placer.
Aquí esta el capitulo que les debía, perdón la demora pero no he tenido nada de inspiración y les prometo publicar mas seguido, seguido como me sea posible habiendo iniciado las clases, el próximo capítulo se los tendré pronto.
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Nuestra eternidad.
FanfictionPleno siglo XIX y en Londres todo estaba en completa calma este día, pero habían dos personas a las cuales les cambiaría la vida por una simple declaración. ...... No se permite ninguna adaptación.