Encerrados en el infierno

Arantxa

Un fuerte dolor de cabeza hace que me despierte. Con los dedos hago presión en la sien. Nada. El dolor sigue ahí. Maldigo por lo bajo.

Lo vuelvo a intentar pero esta vez algo me para. Mis manos, están como si hubiera limpiado una cuadra sin pala. Asquerosas. Empiezo a percatarme de cosas de las que antes no me había dado cuenta: mi entorno. Estoy tumbada en el suelo, pero ¿donde? un millón de preguntas se me vienen a la mente.

Me levanto con las manos entendidas buscando un punto de apoyo por el que guiarme. Una sensación sube por mi estomago hasta posicionarse en mis pulmones impidiéndome respirar bien. Tengo miedo , no quiero estar aquí no he hecho nada para estar aquí. Lloro. Me siento en el suelo y lloro.

Cuando ya me encuentro mejor me limpio la cara con la manga y decidida a encontrar una salida vuelvo a mi objetivo de antes, buscar algo a tientas aun que sea. Mi mano golpea con algo provocando un sonido estridente. Eso me asusta y acerco los brazos al tronco, intentando protegerme de mi misma. Cuando el sonido para, esta vez con mas cuidado, estiendo los brazos en busca de lo que fuera que toque antes. Cuando lo encuentro lo agarro bien, es una superficie suave, es como una tabla. Lo intento mover, el sonido que provoca es el mismo que cuando arrastras algo por el suelo. Paro un momento, acostumbrada al silencio o a mi propio ruido esto no me gusta. Respiro hondo y sigo inspeccionando la superficie.

Por abajo salen dos barra, no no salen de ella, están ahí para conectar esa superficie. Sigo bajando, solo bajo unos centímetros cuando noto otra tabla, esta vez en horizontal.

Lo suelto dependiente consciente de lo que he encontrado. Me acerco mas para poder comprobarlo mejor. La agarro. La muevo hacia un lado y me siento en ella.

Es una silla.

Extiendo los brazos buscando la mesa correspondiente. Cuando la encuentro, palpo la superficie en busca de algun objeto, algo que me pueda ayudar en saber donde estoy.

Mi dedo da con algo frió al tacto. Lo voy palpando, con miedo, con temor. Es un cilindro.

Lo cojo y busco en el alguna imperfectura, botón o algo que lo active. Un rayo de luz hace que tenga que cerra los ojos, en busca de oscuridad. Muevo la linterna apuntando a otro sitio que no sea mi cara. Cierro y abro los ojos hasta que se acostumbran a la luz.

Miro la linterna y no se si dar suerte o simplemente cagarme en todo. Me decanto por lo segundo. Alumbro la sala, buscando una salida. La habitación tiene ventanas mas tienen la persiana bajada y apostaría lo que fuera que no funcionan, podría intentar roperlas o subirlas de otra forma. No descarto ideas.

Sigo mirando. Hay una puerta ,cerrada también, de madera. Sin manilla. Las paredes son verdes, sin embargo no es lo que mas me llama la atención ,estoy en el fondo de la habitación, y justo en frente al lado de la puerta hay una pizarra. Todo esta lleno de pupitres , sillas y mesas donde he pasado cientos de horas. Las miro. Busco una en concreto y cuando la encuentro meto la mano debajo , en la rejilla , para asegurarme de que estoy en lo cierto. Mierda. Estoy en mi clase. En el instituto¿que hago aquí?