Arantxa

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Mi pasillo había resultado todo un fiasco. Una habitación tras otra, todas eran iguales. No había nada especial en ninguna. 

Desanimada, volvía al punto de encuentro, al que ya he bautizado como La Madriguera. Es lo mas parecido que tenemos a un sitio donde dormir y me pareció que necesitaba un nombre. 

Me senté en la pared a la espera, era la primera en regresar. 

Todavía seguía sin creerme todo esto. Siento que estoy en una pesadilla de la que no puedo despertar, pero no es una pesadilla, ninguna dura tanto. 

Suspire echando la cabeza hacia atrás disfrutando del momento de tranquilidad. Realmente estaba preocupada, horrorizada, asustada. Aparte todos esos sentimientos de mi, negándome a alterar mi momento de tranquilidad. 


ring ring ring

El típico sonido de llamada resonó por el pasillo. Sorprendida me levante. 

Dude que fuera real, quizá la deshitratacion me hacia escuchar cosas, pero era tan real. 

Seguí el sonido, provenía de una de las aulas. Tenia que darme prisa o colgarían y entonces estaría perdida. 

El sonido parecía provenir de la ultima a la izquierda. Audiovisuales de bachillerato. Entre en ella mas decidida que nunca. Me pare en el umbral, sorprendida de que aun no hubieran colgado. Yo ya lo habría hecho desde luego. 

No estaba a simple vista, tampoco había muchos lugares donde esconderlo, el único sitio  era la mesa de profesor que tenia dos cajones. El sonido se oía cada vez mas alto conforme me acercaba

Abrí el primero, solo había folios. El segundo, obviamente, estaba pechado. No me lo iban a poner tan fácil, eso nunca. 

Le di patadas, muchas patadas. Tantas que dejo de sonar, pero me dio igual. Ya sabia que estaba ahí. 

Debía de estar provocando un gran escándalo dado que en menos de dos minutos las cabezas de Paula y Adrián se asomaron por la puerta con un semblante preocupado.

Al ver que estaba dándole golpes a un mueble pasaron de lo preocupados a lo confusos.

-He escuchado el sonido de llamada y no dudo ni por un momento de que proviene de ese cajón.-Respondió a la pregunta incluso antes de que se la hicieran, la consideraba una buena noticia y quería compartir su alegría con ellos.

Tenían esperanza por fin una prueba de que podían salir de ahí, conseguirían el móvil y llamarían para comunicarse con alguien que les salvase, quien fuera le era irrelevante, solo quería salir de allí de una vez por todas y comerse una hamburguesa y patatas mientras se bebía una coca-cola.

No pedía tanto eso desde luego. 

Esos pensamientos le hicieron darse cuenta de lo afortunada que había sido, lo había tenido todo y ni si quiera lo había sabido, ahora sin nada para llevarse a la boca mas los trozos de aglomerado de las mesas hubiera dado lo que fuera por volver a la vida de antes, donde su mayor preocupación era no repetir la ropa , y gustar a los chicos, nada mas. 

Se concentro en su tare expulsando todos esos pensamientos que solo le enturbiaban la mente. 

Andrian se coloco a su lado en un parpadeo y entre los dos pronto destrozaron el cajón.

Arantxa no pudo evitar mirar a la puerta donde Paula se mantenía inmóvil como una estatua y por el color blanco de su cara podría ser la, parecía en shock aun que quizá el hecho de poder salir por fin era demasiado para ella.

Metió la  mano en el cajón, cuando encontró un objeto alargado y rectangular lo cogió con todas sus fuerzas, al sacarlo y poder observarlo mas detenidamente no pudo evitar sorprenderse de que el móvil fuese el suyo.

Su móvil.

Una lagrima de alegría y de incredulidad se deslizo por su mejilla, todo era demasiado fácil, pero estaba decidida a disfrutar mientras durase.

Apoyando la cabeza en la pared marco el numero de su madre, su relación no era la mejor pero había llegado a echarla de menos de una manera que antes jamas nunca hubiera imaginado.

Miro la hora:Las doce y media de la mañana, su madre estaría en la tienda pero al ver que era ella la que llamaba no dudaría en contestar.

 Un estruendo se escucho a sus espaldas, ella no dudo en pensar que sus compañeros de sufrimiento estarían disfrutando a pesar de tener uno el pie lisiado.

-¿Aran?.-Se escucho del otro lado cuando apenas habían sonado dos toques. Mi madre sonaba rota pero con una nueva esperanza en su vida. Un grito y un golpe se escucharon otra .

-Mama.-Dije con una voz que no reconocí como mía. Me gire para saber que estaba ocurriendo mas solo pude ver algo oscuro y sentir un gran golpe en la cara, tal fue el golpe que hizo que se me escurriera el móvil de las manos.

Mi visión se me nublo por un par de segundos haciendo que perdiese el equilibrio cayendo sobre las rodillas.

En un intento de recuperar el equilibrio pose las manos en el suelo, como base. Entre los nubarrones de mi vista pude divisar el cuerpo inconsciente de alguien junto a la entrada, antes de poder ver bien quien era otro segundo golpe se me fue asestado en la columna vertebral, provocan dome un gran dolor y la inconsciencia. 

Me sumí en la oscuridad mas profunda que había visto en mi vida, con los gritos desesperados de mi madre en la distancia , esperando que le contestase otra vez, que le dijese algo, pero eso no iba ha ser posible. 

Encerrados en el infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora