Adrian

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Mire la puerta de la clase no muy confiado. Parecía que la habían roto a cabezazos, y es que en los trozos rotos de la puerta había restos de pelo y de sangre. 

Mire el suelo buscando el recorrido que hizo la persona desangrándose. La sangre crea un reguero, un camino. hasta la mitad del pasillo. Allí había un gran charco de sangre. Nada mas. 

Fruncí el ceño, es imposible que una persona que haya perdido tanta sangre se fuera sin dejar marca, y mucho menos se podría haber ido habiendo perdido tanta sangre. Era imposible. Algo no encajaba, y yo estaba dispuesto a llegar al fondo del asunto, no tenia nada mejor que hacer. 

Me acerque al charco de sangre, y como pude me agache. En el había el mismo pelo, pero menos. 

Seguí el pasillo, hasta la barandilla. Esas escaleras daba al pasillo de primero y segundo...Justo donde encontré a Paula. Las dudas crecieron dentro de mi. 

Paula me había contado, que Nicolas Moreno había intentando roper su puerta, cabreado, desquiciado, pensando que todo esto era un broma. Al romper la puerta intento atacarla, pero ella fue mas rápida, mientras el rompía la puerta, ella saco la tabla de la mesa de su sitio. Cuando el entro le dio un golpe. Le dejo atontado y ella aprovecho para huir. Fue hasta el pasillo de abajo y subió por el de segundo encontrándose con Samanta. Todos, por lo que ella nos había contado, estábamos convencidos de que el asesino era Nicolas, que el era el peligro. Seguros de que andaba por el instituto, acechándonos. De eso hace un día, y todavía no nos lo hemos encontrado.


Me maldije por haber sido tan tonto, por haberme fiado de ellas así como así. Subí las escaleras, y me acerque a la ultima puerta que estaba destrozada. El pie empezaba a molestarme, pero ya no sabia si era por el cabreo o por los dolores. 

Asome la cabeza viendo toda la clase. Estaba totalmente revuelta, como si un huracán hubiera pasado por ella. Hasta ahora la versión de Paula parecía correcta. 

Me agarre al borde y con una gran fuerza de voluntad, ademas de dolor, pase un pierna y luego la otra al interior. 

Me senté en una silla ha recuperar el aliento. Al apoyar la mano en ella, note que estaba pegajosa. Un liquido cuajado y frió estaba en ella, mojándome. Era sangre. 

Me levante asqueado, pensando en quien podría ser esa sangre. Podría ser de Nicolas, ya que Paula parecía intacta, también estaba la posibilidad de que la presencia de Nicolas en si fuera una mentira. No iba a descartar nada por ahora. 

La mesa del profesor parecía desorbitada. Me acuerdo de esta clase cuando estaba en primero, sin embargo estoy bastante seguro de que la mesa tenia que estar a un lado, a la derecha y no en el medio. 

La examine de lejos. Parecía normal lo que quería decir que ocultaba algo muy peligroso

Con curiosidad, y miedo por lo que podía encontrar mire en ella. 

Un gran bulto sobre salia por debajo. Me agache para mirarlo.

-¿Que haces?.-Dijo una voz sobresaltándome. Provenía de la puerta. 

Tanto fue el susto que caí sobre el tobillo malo, empeoran dome la herida. 

El dolor era tal que fue insoportable, no iba ha aguantar mucho consciente. Poco a poco fui perdiendo la conciencia, hasta que la perdí del todo, callándome con todo mi peso sobre el tobillo que cada vez dolía mas. 


Me quede inconsciente deseando despertar en mi cama, pero hasta yo sabia que eso no iba a ser posible. 

Encerrados en el infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora