África-Daniel

11 1 0
                                    

ÁFRICA

Un dolor en la muñeca, en todo el cuerpo, hace que me despierte. 

Estoy tumbada en el suelo, y no se por que tengo la mano esposada al radiador. Me despierto un poco mas. Me pongo de pie tirando de mi muñeca. Lo único que consigo es hacerme daño. 

-Ya no he intentado todo, pero sin duda no son de los chinos.-Dice una voz a mis espaldas. El sonido repentino de la voz de un chico hace que me exalte, y mire mejor a mi alrededor, olvidándome de la mano.

Es una gran sala, el radiador esta en el medio, en una pared a la derecha. En la otra punta distingo un bulto. Lo reconozco al instante, apesar de tener la cabeza gacha. Es Daniel, era mi compañero cuando teníamos clase. El parece estar en el mismo estado que yo solo que en su propio radiador. 

-Me has asustado. Te recomiendo que la próxima vez no hables oculto en la sombra así de repente.-Le dije mientras me apartaba el pelo de la cara.

-Esta bien saberlo, pero en realidad, espero no volver a estar en una situación como esta nunca.-Respondió el con soltura. Mientras me observaba atentamente

-¿Cuanto hace que estas despierto?.-Le pregunte curiosa.

-No lo se.-Con la mano libre se apretó el carrillo de la nariz.-Una hora quizá dos. 

-Entonces....¿me has visto dormir todo el rato?.-Pregunte con vergüenza.

-Si.-Sonrió al recordarlo.Capullo.-Por cierto cuando duermes babeas.

Casi en el mismo momento en el que me lo dijo me toque la cara, comprovandolo. Tenia razón.

Entrecerré los ojos en su dirección.

-¿Como has podido verlo desde tan lejos?.-Pregunte desconfiada.

-No lo he visto, al menos no del todo. Mas bien lo he oído.-Seguía con su sonrisa en la cara.¿No se cansaba de sonreír?.

-Lo peor de todo es que te creerás gracioso y todo.-Dije molesta al no saber que clase de ruiditos he estado haciendo. 

-Si lo dirás sobre todo por tu respuesta con tanto humor.- Respondió con sarcasmo. 

Pase de el y me concentre en mi muñeca. Si ya es malo estar encerrada en una habitación cuanto mas con la muñeca enganchada. 

Un escalofrió me recorrio el cuerpo. Apesar de estar en verano en la habitación hacia una muy baja temperatura. Los dientes me castañean, todo el cuerpo me tiembla. 

-¿Estas bien?.-Pregunto Dani desde el otro lado. Por su postura se hubiese dicho que no le interesabe, pero su tono de voz decía otra cosa. 

-Pues claro que estoy bien, esto solo es un nuevo baile que se ha puesto de moda.-Respondí poniendo todo el sarcasmo posible en mis palabras. 

-¿Así? ¿Y como se llama?.-Pregunto siguiéndome la corriente.

-Aun no tiene nombre.-Respondí cortante. Ya me había cansado de esa conversación.

-Podemos ponerle uno...-Miro la habitación.-Parece que vayamos a pasar mucho tiempo aquí metidos.

-Lo dices como si este fuera el paraíso. 

-Ni por asomo. Pero no tenemos otra elección.-Suspiro cansado.

-Y dime si eres tan listo...¿como saldremos de aquí?.-Respondí cabreada. No podía salir y el solo parecía estar ahí, como quien esta tumbado tomando el te en una tumbona. 

-Nos encontraran.

-¿Nos encontraran quienes?.-Pregunte confusa.

-Nuestras familias, notaran que no estamos y  removerán mar y tierra hasta encontrarnos. 

Encerrados en el infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora